27 diciembre 2013

Cadeau [OneShot]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Novela de 7° volúmenes LOL!
: Tana Kara Botamochi - Busaiku
: Asiento destartalado uwu

Título: Cadeau
Autor: Satommy
Pareja: Yamajima slight:Inoodai
Género: Fluff[?]
Extensión: OneShot
Notas: Estaba yo... escribiendo feliz de la vida mis fanfics Takachii antes de sólo vivir haciendo GnR cuando me vino la inspiración de un drabble Yamajima que al final quedó siendo un oneshot orz ¿hace cuánto que no hago un yamajima? ¿está bien 8'D? Este fanfic lo dedico a Sora♥ siempre me reclama que no le hago nada pero ;3; no tiene lemon, así que no me odies... asdasdadsasd cada comentario es apreciado[?????????????????] -wtf- HAHAHAHA uwu cualquier cosa, cerré el blog por algunas cosas y estuve inactiva por motivos personales :c pero ya estoy mejor♥ trataré de abusar de los días que me quedan del año uwu♥ Se les quiere


Era casi una obligación el realizar un intercambio de regalos en la compañía aunque en Japón no estuviera tan inculcada la tradición navideña de occidente. Pero todos lo veían como una buena oportunidad para pasarla con los compañeros de grupo que, aunque no del todo llegaban a ser amigos tan cercanos, eran las personas que mejor podían comprender la vida del otro.

Para Yuto, las cosas no eran tan diferentes como para el resto, pero no terminaba de agradarle.

No tenía ganas de asistir a tal reunión, de hecho, había insistido a su madre que llamase para decir que estaban en una reunión familiar demasiado importante como para dejarla pero ella se negó a ser parte de su capricho y lo mandó, con un regalo que ella compró, con un destinatario que jamás se enteró, ¿cómo iba a saberlo? El día que se realizó el sorteo del amigo secreto con los chicos de JUMP el sólo cogió el sobre y lo guardó, no quería saber a quién iba a darle nada porque igual tenía planeado faltar.

La palabra en pasado le dio un revoltijo en el vientre.

Su madre encontró el sobre y sabiendo de memoria la tradición que antes –muy muy en el pasado, cuando era tan sólo un niño– le gustaba, hizo todo lo que él no quiso. Ahora, siendo 25 de diciembre, él se encontraba ahí de pie frente al edificio de la Johnny’s, meditando cómo dar una excusa creíble para largarse.

-Ah… es imposible
-¿Sin ánimos de entrar? – la voz de Daiki lo sobresaltó, girando apenas el rostro para verlo – Tampoco quiero hacerlo, de hecho, le rogué a mi hermano que se chocara apropósito al venir acá para no llegar a tiempo, incluso le ofrecí pagar toda la reparación y eso pero me dijo que estaba loco – frunció los labios, haciéndole reír porque parecía todo un niño – Realmente no quería venir
-¿Peleaste con Inoo otra vez?
-¿Por qué todos suponen que cuando tengo mal humor es por él? – bufó – No, no ha sido eso
-Dai – Yuto le despeinó el cabello, riendo – Eres tan obvio
-Ahh! Deja, deja… que si hablamos de obviedad – el menor vio a su amigo toser y mirar hacia la puerta, desde ahí se podía ver la cabellera castaña de Ryosuke entrando al edificio – Alguna vez, ¿se van a reconciliar?

Nakajima hizo una mueca, sus hombros encogiéndose eran toda la respuesta necesaria que necesitaba el mayor.

A veces, sólo a veces Yuto maldecía que su mejor amigo fuera Arioka Daiki porque, además de ser un monstruito adorable así como un furby, era un maldito poseedor de poderes especiales que sabía leer las emociones de las personas y comprendía, con tan solo ver los ojos de alguien, lo que pensaba o sentía.
El mayor disfrutaba siempre de hacerle el psicoanálisis de su tan acabada vida amorosa que él no tenía ánimos de avivar.

Yamada Ryosuke, era pasado.

-Venga, vamos que el sufrimiento será compartido – Yuto lo rodeó por los hombros y el mayor suspiró, apretando las manos alrededor de la caja que tenía y que él recién se daba cuenta - ¿Quién te tocó en el sorteo?
-Oh… - su rostro se ensombreció, mirando a la puerta de la entrada cada vez más cerca con mucho menos ánimo – Keito

Las cejas del alto se enarcaron son asombro, entendiendo de pronto por qué su mal humor y las pocas ganas de entrar en el edificio. Al momento de hacer intercambio de presentes, estaba seguro que aunque el castaño le entregase carbón al guitarrista, su novio automáticamente iba a ponerse celoso, era algo así como el triángulo amoroso más extraño habido y por haber del grupo.

-¿Inoo lo sabe?
-Nop, pero tampoco tenía planeado decirle y arruinar todas las citas que pudiéramos tener en un mes hasta hoy – se encogió de hombros – Además si se enoja hoy, ya tengo planeado como hacer que se le pase
-No me cuentes, no quiero saber

El pelinegro sacudió su cabeza, escuchando las puertas deslizarse hacia los lados para dejarlos pasar mientras en automático, el trataba de bloquear recuerdos, palabras y hechos que sinceramente, debían aparecer ya con un enorme “censurado” al medio de su cerebro. Arioka e Inoo eran tan enfermamente pervertidos… Aún no entendía como el mayor terminaba siempre celándolo de Okamoto, una historia con final que apenas duró unos meses y que era más que claro, estaba en el pasado. Daiki le demostraba su amor de una manera incontrolable, casi obsesiva y aun así…

-¿A ti quién te tocó? – su voz le hizo pisar tierra, mirando de reojo al bolso que tenía colgado del hombro
-No lo sé
-¿Eh? ¿Entonces, no tienes regalo?
-Lo tengo, mi madre fue la que vio quien me tocó en el sorteo y la que hizo la compra – se encogió de hombros, restándole importancia
-Desde que Ryosuke y tú terminaron hace dos años en vísperas de navidad, sigues odiando la fecha, ¿verdad?
-Es sólo una costumbre consumista de occidente, ¿por qué agradarme?
-Piensa en comida, eso siempre te hará poner de buen humor
-Dai-chan – sonrió el menor, enarcado una ceja – No todos somos Kei

Ambos empezaron a reír, rompiendo con la extraña atmósfera que los rodeó por los comentarios previos a ello. Sus pasos se dirigieron lentos y vagos al ascensor, retrasando lo más que podían el evento fastidioso que traería a cada cual sus problemas.

La Johnny’s celebraba la reunión después que cada grupo hiciera su intercambio en sus respectivas salas, así que tenía aproximadamente una hora antes de poder distraerse con los sempais y coreógrafos, hablar tal vez con Ohkura sobre alguna banda donde el baterista fuera reconocido o algo así de superficial. Todo era mejor que estar encerrado en cuatro paredes con tu ex pegado a su “mejor amigo”, hablando cerca del oído.
Escuchó una puerta abrirse cuando Daiki giró la manija y como, ya suponían ambos, todos los otros 7 integrantes más el manager estaban ahí de pie, repartiendo chocolate caliente, galletas y los regalos acomodados en una mesa improvisada al medio. Arioka dejó su caja junto a la de los demás y fue a sentarse estratégicamente cerca de Yabu, si había alguien con quien Kei jamás se enfrentaría, era con el líder y el castaño lo sabía, serviría como su “escudo” en caso problemas. El miró al resto, los ojos de todos puestos en él expectantes y sólo hizo un asentimiento a modo de saludo, sacando del morral la caja decorada tan navideñamente –un detalle del cuál seguro su madre esperaba reconocimiento- y dejándola al lado de Daiki. Sus pasos se desviaron y fue a sentarse junto a Okamoto. En caso de peligro, tenía que ayudar a su amigo en caso de un ataque de celos y no dejar que luego su mejor amigo se muera de culpa en caso que asesinaran al chico inglés.

-Bueno, ya vamos retrasados, vamos con la repartición

El manager trató de animar a los presentes, era más que obvio que el ánimo del alto había entorpecido el ambiente con el aura negra que lo rodeaba y todos sabían el por qué, aunque nadie jamás hubiera dicho algo en voz alta. Era un secreto a voces la fecha de terminación de la pareja más popular, pero jamás oficializada, solamente se dieron cuenta cuando la separación ya era más que obvia.

Uno a uno los nombres de los presentes fue siendo llamado, primero le entregaron su regalo a Hikaru, un disco de edición limitada de su grupo favorito y sonrió, sólo había alguien que lo conocía así de bien y rió al ver que Yabu le guiñaba el ojo.

Yuto quiso vomitar.

Siguió Chinen, su regalo se lo había hecho Keito y constaba de un uchiwa autografiado por Ohno Satoshi, algo que tal vez no sería de gran importancia salvo que, aunque Yuri conociera en persona a su idol, podría almacenar mercancía por montones que esté relacionado con él. No era la excepción, su sonrisa se amplió y agradeció al alto más de mil veces. Si quiera no tan cursi o estúpidamente, pero le dolió el vientre al verlo correr hacia Yamada y susurrar secretamente.

Tan-extremadamente-pegados.

Soltó un suspiro y empezó a divagar, veía el cuerpo de Daiki cada vez temblar más y juró, que se iba a desmayar cuando el manager llamó el nombre de Keito y le entregó el regalo que le había comprado. No fue el único, todos sintieron la tensión en los hombros de Inoo y cómo su mirada de pronto se volvía afilada, observando al menor que sacaba una colección de plumas de guitarra de una edición de coleccionista. Yuto silbó, esa pequeña colección de 10 plumillas le habría costado siquiera unos 300 dólares al castaño, ¿por qué arriesgarse a una pelea con su novio por algo tan tonto?

-Gracias Dai-chan
-¿Quién sigue?

El pianista ni siquiera dejó responder el agradecimiento cuando forzó al manager a llamar a otra persona, esta vez fue Yabu y su regalo se lo había entregado Chinen. Era pequeño, casi del tamaño de una tarjeta y cuando el mayor lo abrió se quedó sorprendido. Era una de esas fotos que vendía solamente en la tienda de la JE, pero era una que había salido a la venta hace muchos años atrás, cuando Hikaru recién había entrado a Ya ya yah. Era de esas fotos raras que las fans morían por coleccionar, donde ellos dos salían juntos, abrazados.

Nakajima miró hacia otro lado cuando el gesto de amor se le dibujó en toda la expresión al líder.

El regalo que siguió, fue de Yamada a Inoo, una colección peculiar de dijes de plata que sabía, le gustaban al mayor. Formas de diseñador que nadie más que los miembros del grupo tenían conocimiento, eran la fascinación del pianista. Todos tenían sus caprichos.
Cuando el nombre de Daiki resonó, elevó la mirada, su amigo estaba nervioso y trataba de disimularlo lo mejor posible pero era imposible, cuando sus manos tomaron el regalo hecho por Takaki, estaba temblando.

Yuya era tan extremadamente adorable cuando quería; le había regalado al castaño un juego de peluches, una pareja exactamente de una oveja y un pingüino.

Sonrió para sí, la tensión formada había desaparecido en un santiamén gracias a eso y ahora Daiki miraba como tonto a Kei. Bueno, siquiera él no iba a pasarla tan mal después de todo.
Escuchó su nombre y miró con los mejores ánimos posibles el regalo, había sido Hikaru el encargado de él y no tenía por qué recibir desprecio de su parte –aunque la fecha fuera una estúpida excusa para gastar dinero– así que cogió el presente y lo abrió.

Fue una agradable sorpresa.

Dentro habían tres cosas, una pequeña impresora portátil para imprimir fotos desde el móvil, una cámara instantánea moderna que tenía facultades para experimentar –aunque las polaroid siempre fueran a ser su debilidad– y que sería divertido utilizar en la calle; y por último, un pequeño llavero de una cámara que, pronto se dio cuenta, era funcional. Era de esas cámaras espías que vendían pero que realmente eran útiles. Agradeció con una sonrisa e ignoró al mundo, jugando con sus juguetes nuevos.

Un momento después, cuando todos estaban hablando animadamente por el regalo que recibió Takaki por parte de Inoo –una colección de libros de cocina de todo el mundo– la tensión volvió a acentuarse y cuando se percató, sólo había una razón.

El regalo que sobraba era para Yamada.

Su regalo, era para su ex.

Su cuerpo se tambaleó en el apoyabrazos del sillón, teniendo que apoyarse en Keito que pronto notó que algo no estaba bien. Los ojos de Daiki también lo observaron, pendientes y con el temor en sus orbes pardas.

Ryosuke se levantó con un suspiro, esperando alguna baratija o lo que fuese un cruel recordatorio de uno de los tantos errores que hubo cometido en su vida y abrió, de manera lenta la caja navideña.

Adentro había otra caja, frunció el ceño y miró al alto que sólo lo miraba impactado, como si no lo hubiera esperado y se confundió. Abrió esa segunda caja y ahí dentro, había un peluche cosido a mano, torpe y maltrecho de un niño vestido de fresa.

No había que ser tan astuto para darse cuenta que era Yamada.

Oh maldición, su madre no habría sido capaz…

Ese regalo iba a ser entregado hace dos años atrás antes que lo dejara, pero luego de lo sucedido lo dejó en el olvido en un rincón junto con otras miles de cosas más, casi ya ni se acordaba de eso y ahí, delante suyo, todos los presentes contenían la respiración.

Él no tenía que soportar eso.

Se levantó con brusquedad, agradeció infinitas veces el regalo de Hikaru y se disculpó, por no quedarse en la reunión. Sus largas piernas lo guiaron a la salida más rápido que inmediatamente y bajo la tediosa nieve que empezaba a caer, corrió aprisa, escapando del maldito pasado que empezaba a venirse de aventón sobre su mente, sobre su corazón acorazado.

Llegó sin darse cuenta al parque aquel con juegos infantiles donde fue oficialmente dejado, una mueca de malestar le hizo desfigurar la expresión y caminó hasta una de las bancas, sentándose como si el cuerpo de pronto le pesara mil kilos y no pudiera soportarlo. Su espalda se encorvó y apoyó los brazos en las rodillas, juntando las manos y dejando caer la mirada hacia el suelo.

Maldita sea la navidad y su estúpido aire de amor y felicidad revestido de consumismo.

Sus lágrimas sabían amargas, rodaban por sus mejillas de una forma que era desesperante y caían a la nieve que de a pocos se iba acumulando.

El frío, arremetió contra él y le caló los huesos, pero no quiso moverse de ahí.

-Johnny-san se ha molestado, porque te fuiste

Su voz tan reconocible, aún media distorsionada por el viento, era lo que menos esperaba y deseaba oír. No cuando de repente la debilidad le había quebrado la máscara, dejándose abandonado en la miseria de sus recuerdos.

-Yuto…
-¿Qué quieres Yamada? – se frotó los ojos con el dorso de la chaqueta, limpiando los rastros de cualquier gota salada antes de verlo - ¿Para qué has salido tú? ¿No te van a regañar a ti también?
-… - silencio, Ryosuke se quedó de pie a él y desvió la mirada, sacando de su bolsillo el peluche que había sido regalado a él - ¿Quién lo hizo?
-¿Importa?
-¿Fuiste tú?

El viento fue el único que respondió, haciendo que Yuto mirase más allá a la derecha, al lugar donde los columpios empezaban a mecerse a causa de la ventisca.

-¿Todavía me odias?
-¿Por qué debería? – Yuto suspiró, se odiaba a sí mismo por no lograr odiar al mayor. Era patético – Vuelve Ryosuke, te han de estar esperando
-No quiero – el mayor se mantuvo apacible, sus dedos recorriendo delicadamente el mecho de cabello del peluche que caía en un flequillo perfecto al lado derecho, como el suyo – No estarás, así que mejor me quedo acá
-Oh, vale… Chinen se va a enojar cuando se entere que has dicho eso
-¿Qué? – lo vio fruncir los labios y el ceño, para variar, totalmente expresivo con sus expresiones - ¿Por qué habría de importarle?
-Va, ¿Qué te estás haciendo? – el mayor negó y sintió un peso de plomo en el vientre – Ryosuke, no tienes que negar tu relación con él, todos ya esta-…
-Detente – le posó la palma sobre los labios, haciendo una expresión extraña - ¿Yuri y yo? ¿Chinen Yuri y yo? ¡¿Estás hablando en serio?!

El castaño se levantó sobre sus pies y se sacudió como si de repente, tuviera pulgas encima o algo demasiado molesto. Su respiración agitada después de unos minutos fue todo lo que Yuto podía escuchar y lo veía ansioso, sin comprender nada.

-¿Tú acaso crees que te dejé por él?

Un peso más al vientre, esa noche de seguro moriría de un dolor mortal al estómago porque no creía normal aquel retorcijón que experimentaba y le hacía tener ganar de agacharse para contrarrestarlo.

-No me importa el motivo porque me dejaste – habló claro, sonando lo más firme que podía
-Yuto… - Ryosuke titubeó y el menor no evitó verlo. Habían pequeñas lágrimas rodando por sus mejillas - ¿Tampoco importa entonces, si quisiera regresar?
-¿A qué juegas, eh? Han pasado dos años Ryosuke, como que es un poco tarde
-Lo sé

Lo vio vulnerable, tomando el peluche entre las manos y estrechándolo fuertemente contra su corazón. Era algo fuera de lugar pero esa imagen se la había imaginado en ese mismo sitio pero en vez de lágrimas había una sonrisa, en vez de no ser novios, iban a cumplir un año más juntos. Era surrealista lo que pasaba.

-¿Por qué lloras?
-Por lo mismo que tú – susurró el castaño, quedándose de pie delante suyo – Acaso entiendes Yuto, ¿lo pesado que era? No tenía tiempo para verte, las actividades de NYC con las grabaciones del dorama, ni siquiera podía ir a las sesiones de foto con todo el grupo! Tenía que hacerme un horario aparte y casi ni te veía… No lo soportaba y creí, que lo mejor que podía hacer era terminar porque merecías a alguien que estuviera contigo, a tu lado… Porque a ti te gusta quedarte en casa haciendo mil cosas, pero yo no iba a poder quedar contigo para hacer esas mil cosas si es que el tiempo apenas me daba para respirar, tu merecías más que eso – carraspeó, aclarando su garganta – Mereces más que eso

El viento le hizo tiritar, los columpios a los que veía se mecieron con mucha más brusquedad. Desde que estaban ahí, recién en ese momento se percataba de cómo estaba vestido, apenas tenía un suéter que le abrigara y una bufanda.
Se levantó de su sitio y abriendo la chaqueta que tenía, lo rodeó como pudo junto con sus brazos, apoyando estratégicamente el mentón encima de su cabeza.

Siempre le había gustado esa diferencia de alturas, hacía que fuera más fácil todo.

-Lo hice yo – habló cuando sintió que su cuerpo dejaba de temblar junto con el del mayor – Te lo iba a regalar justo cuando me dejaste
-Hm… - su voz se amortiguó contra su pecho y el pelinegro miró hacia abajo, para comprender los balbuceos - … regresar conmigo?
-¿Qué? – Ryosuke lo miró, con los ojos aún vidriosos pero juntando todo su orgullo para no verlo tan derrotado, salvo que para Yuto, hiciera lo que hiciera terminaría por saberlo porque lo conocía mejor que a sí mismo
-¿Te gustaría volver a aquel día, para regresar conmigo? Así el tiempo… no habría sido mucho y…
-Dos años Ryosuke, me debes dos años
-Te daré muchos más…

Yuto sonrió, sincero y agradado por la ocurrencia torpe del más bajo. Su rostro se inclinó y apoyó la frente en la suya para que sus ojos se encontraran, definitivamente no sabía si se daría otra oportunidad a su lado pero no podía dejarlo marchar.
Cerró los ojos y lentamente lo besó, con esa quietud y parsimonia que utilizaba con él, para tomar el tiempo de saborear cada poco de su esencia, de su ser. Para disfrutar de sus labios y la sensación que envolvía su cuerpo.

Yamada Ryosuke, era el único que podía darle mariposas en el vientre, tan a lo estúpidamente cursi.

-Feliz navidad, Yuto

7 comentarios:

Hai☆ne dijo...

Furbyyyyy~ claramente lo es XD AHAHAHAHAHA
me encantaaaaa~ Pobre Yuto ;_; aun así con todo me parece mal que le dejase Ryosuke entonces sin dar esa misma explicación u_ú eso son cosas de dos que tendrían que haber hablado como buena pareja amorosa que son D': pero bueno, se le perdona ;_;
Chinen siempre está metido en todas las sopas XD como debe de ser(?)
El amor YamaJima siempre debe triunfar~~~♥:3

Natarashi dijo...

*o* me encanto pobre Yuto pero Ryosuke también estaba sufriendo, gracias por este fic tan lindo y tan triste, que bueno que terminaron juntos al final de cuentas
jajaj ese InooDai pobre Keito y Takaki que culpa tienen que les tocara Daiki

Anónimo dijo...

Que cosa más linda has escrito, esta precioso, me hiciste sentir las emociones del Yamajima, todo fue tan lindo. Me gustaron los regalos, las parejas y el final fue genial ^-^♥

Yuko "I LOVE JUMP"

Ayaa dijo...

Lloro de ternura! Es tan bonito ;3;
Tan tierno, desgarrador y romántico, tal y como me gustan. Como siempre, es un verdadero placer leerte.
Tienes una magia tan especial y maravillosa que me encapsulo en cada palabra. Hace mucho que no hacías YamaJima y este ha sido más que perfecto.
Me encanta lo que haces y jamás me cansaré de decírtelo, eres mucho más que buena en esto. Has crecido, tu vocabulario se ha ampliado y eso me fascina, tu narrativa cada vez es más detallada, llena de más emociones, de verdad y con sinceridad te lo digo, escribes cosas maravillosas!
Gracias por alegrar mi noche con este hermoso oneshot!

AmiS dijo...

Waaaaaaaaa!!!!! Es tan hermosamente cursi!!!! 'Me encnto

Nessie *Elva dijo...

Me ha fascinado ;^;
Lo leí una y otra vez , es que esta tan perfecto y tiene tantos detalles que me han dejado con una sonrisota pegada a la cara x'D
En serio que YamaJima tan sgvjsdkskhd
Me encanta como escribes. *^*

Anónimo dijo...

AYAYAYAYAYAYYY >o<! Esos dos años... aunque fue mucho tiempo, desde ahora podrán pasarlo juntos felices *-*. Me imagino ese muñeco hecho a mano *-* Todo esponjosito y gordito... awww muero de ternura XuX. Gracias Okasan de Yuto!!! el papel de cupido te salió muy bien!!. Ryosuke... no importa si no tienes tiempo... con tal qe lo veas un minuto de un día... los 2 serán siempre felices :3.
Awww amo el YamaJima, es una de mis debilidades~~ <3