14 mayo 2016

Get-Together [Drabble]


Titulo: Get-Together
Autor: Satommy
Pareja: Yabutaro
Género: Slash
Extensión: Drabble
Notas: Holi(?). Hoy recibí dos comentarios hahahaha y se sintió tan bonito que asdihajsd bueno, vine con esto. Hace demasiado no hacía de ésta pareja por temas de resentimiento-whatever y pues, decidí retomarla. He pensado que será una serie de drabbles cada uno por su lado pero tendrían sentido juntos, de todas formas. Espero les guste~


La cafetería dónde se encontraba era una a la que nunca había ido, estaba en el extremo oeste de Tokyo, justo en la dirección contraria de su casa y de la compañía. El lugar era pequeño, sólo con los dueños atendiendo en la barra y una mesera ya mayor que se paseaba por las mesas ocupadas preguntando si todo estaba en orden, no notándolo, no lanzando una doble mirada como para reconocerlo o algo.
Yabu se sentía un tanto intranquilo en ese sitio, no es que no hubiera accedido a aquel encuentro con ánimo y alegría, pero la sensación de vacío que se acentuaba en su vientre alto le hacía preguntarse si es que estaba haciendo un bien o un mal. Si había tomado una decisión apresurada o si era algo que le causaría problemas como en un pasado lo hizo.

Respiró hondo y tomó de su café –sin azúcar y con crema, no con leche–, distrayéndose mientras sus dedos ansiosos se paseaban por la pantalla de su móvil, leyendo y releyendo el último mensaje de la noche anterior donde acordaba con su emisor, el verse y hablar después de mucho tiempo sin reencontrarse. El nombre y la foto a los que el número respondía, le erizaron los pelos más pequeños de la nuca, haciéndole tensar.

Su niño había cambiado.

- Kota.

El pensamiento de cómo había cambiado –madurado– Ryutaro, llegó tan pronto como su nombre salió de sus labios, elevando rápido la mirada sólo para encontrarse con ese chiquillo, ya no tan chiquillo, que muchas veces le robó el pensamiento. Ese niño al que él le robó su virginidad y al que poseyó mil veces, además que cuidó y amó como si no hubiera mañana.
Morimoto Ryutaro seguía con su complexión delgada, su cuerpo ligeramente encorvado, su cabello estaba negro y más corto que la última sesión de fotos que le había visto y no tenía ese horrible bigote que en algún momento se dejó crecer cuando estuvo en Estados Unidos.

- Ryu, ¿no vas a sentarte?

Su momentáneo shock se evaporó en segundos, sonriéndole al menor que no tardó en acomodarse frente a él y pedir un americano cargado y con bolsitas extras de edulcorante porque azúcar no tomaba. Yabu rió un tanto, contrariado con el joven adulto que ahora se presentaba a sus ojos. Definitivamente, él ya no era el niño que le llevó a pecar tanto en el pasado.

- Deja de verme así, sabes que no me gusta. – Ryutaro sonrió con el brinco del alto y luego prosiguió-. Ha pasado un tiempo, ¿cierto?

- Ha pasado demasiado tiempo, diría yo. – y esta vez, Kota no se privó de verlo y admirarlo nuevamente. Demasiados años sin tenerlo cerca, siquiera se merecía ese privilegio-. ¿Qué tal va tu comeback? ¿Se portan bien contigo los del staff y tus productores? ¿Estás siguiendo las pautas? No puedes dejarnos mal…

- Sí, papá, me estoy portando bien. – su típica sonrisa ladina incómoda se le dibujó, haciendo reír con disimula al mayor-. Va bien, es un poco extraño volver a trabajar y más aun, cuando ustedes no están cerca pero se siente bien, tantos años lejos del espectáculo te hacen ver todo de perspectiva.

- Sobre eso, Ryutaro…

- No, calla. – lo cortó antes que siquiera se atreviese a decir nada más-. No fue tu culpa, fue meramente mi irresponsabilidad. Hiciste lo posible porque no me sancionaran, lo sé, pero era algo que salía de tus manos, de las mías, de la de todos. – suspiró pesado, sus ojos negros desinteresados de pronto volviéndose negros profundos-. Has hecho un buen trabajo, Kou-chan… Los chicos, el grupo, se ve bien.

- No ha sido fácil. –se encogió de hombros, tratando de evitar todos los problemas que había tenido en el último tiempo. Negó con la cabeza, estirándose en su asiento y aprovechando su altura para dejarle un beso en la frente-. Te había extrañado, Ryu.

Morimoto le bufó con “odio”, frotándose con la mano el lugar donde todavía sentía el cosquilleo de sus labios y cubriéndose al tomar su café, todo lo que podía, su rostro sonrojado. Su imprudencia le hizo quemar la lengua y un Yabu divertido, le pidió agua para aliviarlo. El menor no tenía una idea clara de cuánto tiempo había pasado, o cuánto tiempo se había mantenido lejos de él hasta que decidió escribirle un mail hablándole sobre el clima, recibiendo otro en respuesta que le aconsejaba abrigarse.
Yabu siendo siempre Yabu. El Yabumama que había extrañado tanto tiempo, el primer amor que nunca olvidó, seguía ahí, dándole su cariño y su aprecio como siempre. Llenándole el corazón de calidez una vez más.

Volviendo a ser el niño de Kota, su niño y de nadie más.