24 febrero 2013

You are not the one [Drabble]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Odio las reuniones familiares e_é
: Amy correteando uwu
: Mi piso[?]

Título: You are not the one
Autor: Satommy
Pareja: Takachii
Género: Angst[?]
Extensión: Drabble larguito[?] (pasó las 600 palabras e_e!)



Tenía una que otra ampolla en los dedos, se había esforzado mucho haciendo ese dichoso chocolate porque quería… Deseaba poder entregárselo a la persona que era dueña de sus sentimientos desde hace ya mucho, que era su novio y lo cuidaba cada día aunque las cosas fueran diferentes en el presente. Cerró los ojos con algo de pesadez. Yuri meditó un poco, sacando detalle por detalle las cosas que habían cambiado entre ellos, como se había vuelto algo más frío, como era que la distancia era mucho más palpable en su relación pero se negaba rotundamente a darlo por perdido. No quería separarse de Takaki.
Miró a la cajita hecha a mano que tenía sostenida firmemente, mirando el lazo azul encima y los pequeños huequitos con forma de corazón dejaban traslucir el chocolate con la misma forma, más grandes, algo no tan dulces porque aunque a Yuya le gustaran así, no podía darle algo que pudiera enfermarlo.

-Llegué

Su voz distraída, ausente le hizo elevar el rostro, sintiendo de pronto culpa de que esa fecha tuviera que hacerla pasar con él, no entendía del todo… ¿Una pareja no pasa San Valentín junta? ¿Por qué se veía tan fastidiado? Le dolía pensar que era una carga pero sonrió, fingido como siempre y bajó de un salto de la pared donde lo esperaba, entregándole el regalo que con tanto esmero había hecho.

-Feliz San…
-Yuri, antes de que sigas, me debo ir pronto – tomó el regalo con cuidado y lo guardó en el bolso, sabía que se lo daría de todas formas – Lo lamento pero tengo cosas que hacer
-¿C-cosas…? Pero nos han dado el día libre para…
-Lo siento – miró su reloj y luego al menor que parecía querer llorar – No lo tomes así ¿quieres? Todos tenemos más cosas en las qué ocuparnos aparte del trabajo

Asintió, no quería pelear con él, últimamente era algo que hacían todos los días y no se le hacía ya controlable, no quería darle excusas a que lo dejara, no quería…

-He estado pensando, ¿realmente crees que aún debamos estar juntos? Digo, casi no nos vemos si no es para los ensayos y esas cosas
-Yuya, tu…
-Piénsalo, me debo ir ya

Le besó la frente fugaz y casi sin que sintiera el roce, dejándolo atontado y con el corazón hecho trizitas, se giró tan rápido como pudo reaccionar y caminó tras él. Siempre mandaba su orgullo al demonio por Takaki, siempre se quitaba esa máscara de orgullo y ego para tener un buen rato pero él, a él bien gracias, jamás le interesaba lo que tuviera o no para decir, ¿si era costumbre por qué no se lo decía y ya? Era mucho más fácil aceptar que ya no lo amaba a que le siguiera hiriendo.

-Ya me libré de él… - se detuvo en seco en la esquina, solo oyendo lo que su aún novio tenía para decir – Venga Kou-chan, sabes que él no es de los que le importe eso… - escuchó su risa, al tiempo que unas pequeñas lágrimas caían por su rostro – No, simplemente Yuri ya no es al que quiero, te lo comenté el día que hicimos el amor y…

Se quedó en blanco, uno que le robó toda la noción de existencia. La mente se le nubló, los iris de sus ojos se dilataron en realización. Cada momento de desplante tenía una explicación, había alguien más detrás de ello, había alguien que le había arrebatado a Yuya.
Bajó la mirada, sus manos secando rápido su rostro. Tenía muy mala fama en la compañía pero no por eso sentía que debía ser tratado así… Jamás le había hecho nada a Yuya, siempre dio todo de él, incluso sus primeras experiencias, todo… Él fue el dueño de eso.
Sacó su celular, a sabiendas que el castaño se iría a encontrar con su “amigo” y escribió el mensaje de despedida, no había otra salida en todo eso. Había perdido.


“Yuyan… tienes razón, no da para más esto
así que lo mejor será que terminemos…
Por cierto, te debo confesar algo, me acosté
con Yuma hace 2 semanas, lo siento”


Era mentira pero el mayor jamás habría de enterarse, tomaría a Nakayuma como su excusa y también su apoyo, siempre le había invitado a salir y su único impedimento… Ya se acostaba con otro. Respiró hondamente. No, no sería destrozado por alguien que no lo hubo valorado.

23 febrero 2013

La cena [Drabble]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: No iremos al cine~
: Kiss You - One Direction
: Sigo en mi cama u3u♥


Título: La cena
Autor: Satommy
Pareja: Yabuhika
Género: Fail [?]
Extensión: Drabble [?]
Notas: Aasdads X'D ok, se nota que estoy tratando de adecuarme nuevamente a lo que no es angst[?] y solo es narración normal lol *sufre* Anda feo u3u perdón



Era la hora de la cena, exactamente las 7 de la noche en punto, todos los platos estaban servidos, las tres jarras de limonada puestas a lo largo de la mesa. Estaban, milagrosamente, los 10 reunidos, en una reunión que el mayor de todos había organizado a causa de su cumpleaños.
No era que los chicos de Hey! Say! JUMP no supieran convivir juntos, en los meses que ya llevaban interrelacionándose habían aprendido a conocerse, a saber cuándo NO preguntar –como el por qué Daiki no podía levantarse de la cama los domingos, o por qué Keito y Hikaru iban a lavar juntos la ropa cuando estaban de tour-, cuando mantenerse en silencio –si Chinen peleaba con Takaki o Ryutaro hacía un berrinche- o cómo ya engañar a los escoltas cuando iban a recogerlos para alguna sesión de fotos o para los ensayos de los conciertos. Ya se conocían a fondo y podían llamarse “familia”, salvo por un punto, algo que esa noche había hecho meollo y tenía a todos con los nervios a flor de piel a causa de la curiosidad.

-Chicos…

Yabu miró al resto preocupado, en esa casa él actuaba como mamá, incluso cocinaba para todos. Su sitio era en el extremo izquierdo, Hikaru, en el extremo derecho. Miró al otro pelicastaño pidiendo explicación pero se encogió de hombros, tampoco sabía que ocurría pero la tensión era tal que no se podía ignorar.

-¿No les gusta mi comida?

Y como si un globo de aire reventase, todos volvieron en sí, empezaron a excusarse y a alabar su sazón, pero Kota no estaba convencido, algo ocultaban.

-¿Qué sucede? – preguntó, rendido de no poder comprender
-Kou-chan… - comenzó Takaki a causa de las patadas que le dejaba Chinen debajo de la mesa – Nos estábamos preguntando… - se calló, sus mejillas tomando color rojizo
-¿Qué…? ¿Qué se preguntaban?
-Yabu-chan… ¿quién es la mamá y quien es el papá entre Hikaru y tú? – se encargó Yamada de terminar la cuestión

Yaotome se atoró con su trozo de pescado, tosiendo intempestivamente para tratar de liberarse la garganta, sus ojos se abrieron en pánico y miró a su novio que se notaba ahora igual de tenso que los demás, dudando de cómo decirlo o como explicarlo.

-Tenemos una suposición – Arioka miró a su novio, éste le regaló tal mirada maliciosa que Hikaru supo, estaba perdido – Nosotros decimos que Yabu-chan es la mamá… pero… cada que los atrapamaos teniendo relaciones… Hikaru es el que gime más… y… jadea…

Otro silencio volvió a reinar, esta vez los ojos que se posaban en Yabu volaron al otro mayor que desvió los ojos a algún punto en el comedor, rehuyendo de la obviedad que tantos años había ocultado.

-Hikaru es el uke – sentenció Chinen, con una sonrisa ladina en los labios - ¡LO SABÍA! A “papá” le dan por atrás!

No supo siquiera ya que decir, su orgullo por el suelo y las bromas yendo y viniendo, miró a Yabu que le pedía perdón con los ojos. No era su culpa. Respiró profundo y siguió cenando, no podía hacer nada, tarde o temprano se iban a enterar.

Reality [Drabble]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Tengo calor ;_;
: One way or another - One Direction remake
: Mi habitación u3u♥

Título: Reality
Autor: Satommy
Pareja: Okajima Yamajima
Género: Slash~
Extensión: Drabble
Notas: No más X’D no sabía cómo hacer esta cosa…


El cuerpo sudoroso de Yuto cayó con suavidad a la cama, Keito rendido hizo lo propio pero se recostó a su lado, sus manos aun tomando las caderas del más alto sin llegar a salir de su interior. A pesar de haberse corrido dentro, su miembro no perdía la fuerza y la flacidez se demoraba en llegar.
Estuvieron algunos minutos así, minutos donde la respiración se les reguló, donde sus cuerpos agotados de una buena sesión de sexo recibían aquel merecido descanso o eso creyeron, el celular de Nakajima sonó con un rignotone especial, ese que le había puesto a “su mejor amigo” para diferenciarlo en todo momento. Para no hacerlo esperar. Se levantó de golpe de la cama, forzando al peliputiagudo a salir de entre sus paredes con brusquedad pero no oyó el quejido de por medio, ciertamente no le interesaba.

-Ryosuke… - sonrió suavemente al oír la voz al otro lado – Sí, sabes que puedo acompañarte… ¿en cuánto tiempo? Vale, ya voy…

Cortó, su cuerpo sin energías volvía a estar revitalizado. Tomó su ropa regada en el suelo y caminó hacia la ducha, no sin antes mirar al mayor que yacía apoyado en sus codos, mirándolo con cara de pocos amigos.

-Voy a salir
-Ya lo sé – hizo una mueca, desviando la mirada - ¿Me quedo o quieres que me vaya?
-Preferiría que te fueras… ya sabes… seguro luego vendremos acá en la noche – otra mueca y suspiró – Vamos Keito, sabes que yo…
-No te ve más que como su mejor amigo Yuto, pero allá tú si quieres autoinfligirte tanto daño – se levantó de la cama, buscando su bóxer – No le interesas
-Lo hago – cortó de golpe, saliendo con medio cuerpo para encararlo – Pero no podemos llevar una relación, si te cuesta aceptarlo, vale, sabes que puedes dejar de volver acá

Sin decirle nada más se metió a darse la ducha, tenía menos tiempo ahora a causa de esa discusión. Okamoto respiró profundo, no sabía qué era lo que en verdad le molestaba, siempre había sido consciente de que solo era sexo lo que ambos compartían, no había algo más entre ellos y era algo que ya debía enfrentar, era la realidad del asunto.

21 febrero 2013

Do you wanna touch me [Drabble]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Comida Q_Q!
: El heladero :3
: Mi camita verde limón

Título: Do you wanna touch me
Autor: Satommy
Pareja: Takachii
Género: Slash~
Extensión: Drabble
Notas: HAHAHAHA X'D me nació hacerlo u3u



Takaki se quedó con la boca abierta mirando al menor, su negro cabello se agitaba según sacudía la cabeza, cada hebra moviéndose al igual que él al ritmo de la música.
Y oh por dios… el pantalón…
¡¿De dónde carajos Yuri había sacado aquella prenda?! El cuero se apretaba indecentemente en cada curva que tenía para resaltar, tanto por atrás como por delante y terminaba por ceñirse en aquella estrecha cintura que ni siquiera se molestaba en disimular, la playera que llevaba encima era lo suficientemente ajustada como para contarle las costillas por encima…

O deslizar los dedos por sobre ella…

Apretó la mano alrededor de su botella de cerveza y le dio un largo sorbo, esperando que la cebada hiciera su trabajo y le nublara la razón, no podía aceptar que un hombre lo estaba causando problemas en aquella parte de su anatomía que solo una mujer debería hacer despertar.
Cerró los ojos, su respiración tratando de acompasarse pero unas manos le acariciaron la rodilla con descaro ¿en qué momento había elegido sentarse en aquel sillón? Debió haber elegido uno donde hubieran más personas, no ese individual con una vista peligrosa a…

-Yuya…

Su voy le resonó con eco y el mayor elevó la mirada, Chinen solo rió, girándose para darle su propio espectáculo de caderas y dudó, su mano elevándose amenazando con apretujar ese pedazo de nalga que prácticamente tenía contra el rostro pero se contuvo, no debía caer en tentación.

-Do you wanna touche me there…

Error, la canción que sonaba ahora no era la de mejor ayuda, maldita Joan Jett y sus deseos de ser tocada, maldito Chinen Yuri que ahora lo tenía a mil y más aún, el maldito enano se acababa de sentar sobre su regazo, frotando aquel bien firme trasero contra su erección marcada.

-Vamos a otro lado

Su voz rasposa fue la luz verde para el pelinegro que se levantó de un salto y contorneándose, se retiró hacia alguna de las habitaciones del segundo nivel.

20 febrero 2013

Snowy rainbow [1]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Volví :'D O eso creo...
: Do you wanna touch me there - Joan Jett & The Blackhearts
: Mi cama♥


Título: Snowy Rainbow
Autor: Satommy
Parejas: Inoodai
Género: Angst [?]
Extensión: Miniserial
Summary: La cura es aquella te ayuda a olvidar, siquiera dos minutos, ese dolor que te ahoga. Su cura era blanca, era fina y se aspiraba, le hacía ver colores donde solo existía oscuridad.
Notas: No e_e no estoy a favor de la droga, siempre lo diré, ME DA MIEDO perooooooo quería escribir esta cosa, ya sé que tengo otro serial suspendido y lo siento~ ahora mismo lo ando escribiendo en paralelo a otros drabbles y oneshots... es la idea :/ subirlos cuanto antes u3u adsasd Mabe~ a ver si te gusta :'D te he dicho que los actualizaría por y para ti[?] Ahí le ven, si les gusta me dicen, sino... bueh X'D yo seguiré escribiendo ._. me gusta por algún extraño motivo...




Cuéntame sobre la ilusión de mi vida, cuéntame sobre las mentiras que dijimos ¿no lo fueron? Convénceme sobre que todo es para mejor, dime que tú ya no quieres nada de mí en verdad, acepta que en mi mundo solo fue un bonito sueño pero que ya terminó, que ahora toca enfrentar la realidad.
Avísame cuando despierte de esta realidad mortificante…
Júrame que ya no me amas, prométeme que no volveré a voltear la página, que no recaeré en la necesidad de verte, que tú tampoco irás a por mí, que mi esperanza, mi petición… mi único deseo de poder reiniciar es solo parte de mi imaginación, de mis ojos lagrimeantes por los que ni siquiera puedo ver donde piso… Que esta ceguera será eterna…
Kei ¿por qué no estás acá?
¡Tómame de la mano! Guíame por este camino, ya no quiero esta soledad, me rindo, no puedo vivir sin ti, no dejes que la oscuridad me consuma.


La pluma volaba lacerante sobre el papel, marcando de tinta línea a línea mientras escribía; las lágrimas que derrapaban feroces sobre su piel dejando una huella de relieve húmedo, goteaban una a una sobre el pantalón de jersey que acababa de colocarse para la noche, una salida cualquiera para un día cualquiera con un solo fin, poder perder conciencia y olvidarse de su situación. Qué estresante, qué pesado… ¿Qué no hay alguna manera más fácil de poder seguir adelante?
Su mirada se quedó fija en aquel nombre de tres letras que le parecía volar por sobre las demás que había escrito, todo era su culpa, no podía negarlo… Lo era y ahora cargaba con esa responsabilidad hiriente que podía describirla con una sola palabra: Asesina.

Podía morirse pero era demasiado cobarde, prefería ignorar su realidad en paredes retumbando de música, en luces de colores igual que las bebidas, una moneda giraba entre sus dedos mientras esperaba a pasar afuera de aquel lugar que lo cobijaba con tanta bulla, no es que Kyo, el portero le prohibiera la entrada o se hiciera al difícil con él… era más su amigo que otra cosa, ya mucho tiempo asistía a ese club con una pequeña sensación, tal vez la mentira que quería creer, de que podría verlo en aquel sitio, retomar aquella historia deshilada que él con fuego de mechero parchó para el olvido pero solo en apariencia. Malditas mentiras que te ayudan a vivir, tarde o temprano, salen al descubierto y esa sangrante sensación de dolor vuelve a brillar escarlata y vivaz entre todo tu mundo rosa que te esforzaste en fingir.

-Kei…

Palabras mudas de sus labios entreabiertos, miró hacia la fila y la moneda dio otra vuelta en el aire, lo que daría porque sus ojos pardos volvieran a toparse con esa mirada de ojos negros hermosa, que le daba la vida con tan solo fijarse en la suya, tan entregada y tan intensa, solo así podía describirse ¿Cuántas veces se había ahogado en esa sensación? Se tocó con la mano izquierda el pecho, palpando bajo la chaqueta negra el sobre de aquella noche donde había redactado otro sueño, una ilusión más de su largo repertorio que, aunque lleno de palabras, el contenido era uno mismo. El reloj sonó con 12 en punto marcado en las manecillas y tal cual cenicienta se irguió, la moneda dio una décima vuelta al aire y cayó a su palma, la apretó con fuerza y guardó en el bolsillo. No, tampoco esa noche hizo aparición, no sabía por qué por más que aquella cosa no le diera resultado alguno, le seguía confiriendo fe, tal vez porque… Como decía su padre, las personas necesitan creer en algo y él, él creía en volvería a verlo, en que podría… con esa maldita moneda que encontró en la única chaqueta que dejó en la casa antes de marchar para siempre.

-Duele…

Susurró sumergido en recuerdos, uno tras otro que venía en torrente nublándole incluso las reacciones por mero instinto como lo era el respirar. El aire se le cortaba, por la agonía probablemente, ya no sabía en realidad identificar las sensaciones o emociones, todo se le hubo combinado en un montón de dolor que lo jalaba hacia ese fondo de negro, pero los recuerdos tan latentes y perfectos, esos se perfilaban en su cerebro como video en la mejor definición y, teniendo que admitirlo, él no podía vivir con ello.

Los vicios eran la mejor medicina para su mal.

-Kyo, va dentro

Daiki le sonrió ampliamente y le dio el sobre blanco firmado para “Kei Inoo”, el gorilón, ya sabiendo qué tenía que hacer la acomodó al lado de otro montón de sobres, todos con el mismo emisor y para el mismo remitente, jamás nunca lo había visto o por lo menos no lo recordaba, si a Arioka lo tenía presente era más que nada porque un chiquillo de sus características parado en medio de un pub esperando perdido a alguien –un nadie para su mente, en muchos momentos lo creyó fuera de foco, siempre que le daba uno de esos sobres lo creía-, la vez que le cuestionó su presencia le contestó cohibido y lloroso, como si fuera el final de su vida. Con el tiempo Kyo Hirosuki entendió que ese pequeño ser de cabello castaño buscaba tiempo y desahogo, jamás le prohibió pararse de 9 de la noche hasta las 12 en punto y luego dejarlo entrar, incluso su antro gracias a él tenía su propio mito y muchos de los clientes iban tan solo a verlo de curiosos y comprobarlo.

-Quien diría – sonrió, cerrando la cadeneta de la puerta a la fila de personas que miraban hacia dentro con la vaga esperanza de entrar – Quien diría…

Dentro la música sonaba en todos los MHz que se podía transmitir por los parlantes, las luces que conocía tan bien de posición e iluminación, recorrían rincón a rincón su pequeño espacio de meditación abultado de gente. Gente ruidosa y perdida, todos sin una razón ya para aprovechar su día a día, personas como él que no tenían ya más nada que perder más que a ellos mismos, pero él, Arioka Daiki ya incluso se había perdido a sí mismo y poco o nada le importaba ya lo que sucediera ¿eso acaso no debía ser su punto fuerte? Una de las leyes empresariales, según su hermano, era que le tenías que temer a quien no tuviera nada que perder… Y él ya no tenía nada… ¿pero quién podría temerle a él? ¿Tan vacío y débil?

-Keito, el de siempre

Okamoto, el joven barman lo miró con el ceño fruncido, inconforme con su forma de vida e impotente de no poder abstenerlo de ella, tantas veces intentado y fallado en el proceso, jamás lo iba a lograr y lo sabía porque el mayor, al que ahora le pasaba un vaso cargado con vodka sabor naranja, estaba enamorado de un recuerdo y contra eso señores, él no podía competir… Porque no depende de él en ninguna cuestión, pues el primer paso se debía dar por el otro para poder superar y como ya hace un par de meses podía haberlo comprobado, no era ni por mínimo su intención.

-Gracias… - le sonrió amable y se apoyó en la barra, siempre así, esperando – ¿Cómo estás?
-Bien – lo miró, atento - ¿Y tú, te crecieron raíces?
-Tal vez… hoy me sentí más pesado para levantar… - miró hacia un lado, el dj había alzado el volumen y no podía ni siquiera escuchar sus pensamientos ya – Parece que Yuto anda de buen humor
-No, solo quiere molestar – dijo el menor con fastidio, mirando como Nakajima le saludaba con descaro, dejando en claro sus malas intenciones de no dejarle conversar – Siempre es así
-Exageras – rió despacio, el menor jamás lo había visto reír feliz o animado, nunca - ¿Por qué me ves?
-Daiki… - suspiró resignado, no lo volvería a invitar a salir - ¿Estás comiendo bien, por qué amaneces más pesado, eh?
-¡Tal vez como de más!
-Eso es mentira, no comes nada

Y el mayor miró hacia su vaso, dándole un sorbo con la pajilla mientras entrecerraba sus pardos ojos con lágrimas, no le daba apetito, eso era todo… No quería comer tampoco a la fuerza, sino, tendría náuseas… Tenía muchos desbalances pero no estaba para confesarlos en aquel lugar, menos delante de aquel pelicorto puntiagudo, sus penas ajenas y las consecuencias físicas que repercutían eran solo cosa de él y su miseria.

-¿Kenichi te regañó por llegar tarde ayer?
-Vamos Dai-chan! Que si le dije que te estuve cuidado porque no podías ni estarte en pie… Sabes que te quiere, no me dijo nada
-Definitivamente, eres mi barman favorito

Ambos sonrieron, uno más brillante que el otro, la vida y la alegría, a su parecer, habían sido robadas… ¿Quién fue aquel que le robó hasta el aliento? No sabía y jamás lo haría.

-Ah… estaba bueno – sonrió ensoñado y distante, ajeno un poco ya a su realidad aunque no bebido, tan solo entumecido por la sensación de nostalgia y asfixia de la necesidad que tenía - ¿Otro? - Keito sirvió, tenía síndrome de abstinencia a una persona, no sabía si eso existía pero lo tomaba a que sí, sino no encontraba explicación para su comportamiento – Lo extraño…
-Lo sé
-¿Volverá?
-Quien sabe
-¿Y si lo hace, pero no siente nada por mí?
-¿No tendrías que seguir ya con tu camino?
-Pero no quiero…
-Venga… - suspiró, sirviéndole el vaso nuevamente vacío – Tú lo dejaste
-Sufría… mucho…
-¿Entonces, para qué regresarías con alguien como él?
-Keito… ¿sabes lo que es enamorarte por primera vez? Sentir todo como el roce de frescura, el choque de dos mundos, la desesperación… la felicidad que te hace el ser más poderoso del planeta… Yo era eso y mucho más a su lado, yo…
-Tú ahora eres un nada por ese amor arruinado, por lo dicho entre tus copas, por tu lado y por el suyo

Frustrado lo dejó con otra copa más, volvería al cabo de 15 minutos, cuando atendiera al resto de clientes y cuando la rabia se esfumara, no había más otra solución para eso. Le quería a su manera y por eso, en silencio escuchaba la misma historia cansina una tras otra vez, día a día, semana a semana, tal vez ya eran algo de 6 meses con el trajín, un año según Daiki cuando todo empezó ¿Qué tanto se puede enamorar alguien? Y a esa edad… Tenía un futuro aún por delante. Miró por el rabillo del ojo donde lo hubo dejado recostado, una mata de cabello castaño claro brilló bajo la luz reflectora roja y vislumbró al ser que más odiaba, a aquel que hacía que ese chico derrotado se hundiera peor entre sus tinieblas, mas como siempre se repetía: Poco o nada podía hacer, Daiki no quería ser ayudado.

-¡Dai-chan! – un chico alto y mayor le dio una suave palmada, sonriendo de extraña manera – Traje algo para alegrarte…
-Siempre traes algo para alegrarme Takaki

El menor se elevó y apoyó el rostro en la mano, mirando al otro a los ojos, esa cuestión de “alegría” y “felicidad” era simple banalidad, sabía lo que el otro buscaba y no podía negársele, no cuando él siquiera por unas horas le daba lo único que terminaba por hacerlo olvidar, por darle ese poco de aire y energías cada noche aunque luego despertara vacío otra vez, pero mejor el vaso medio lleno a como había aprendido a sobrevivir.

-Es de las buenas, casi pura – alzó una ceja – Pero a cambio, ya sabes… y agrégale que debes llamarme Yuya

Los ojos se le dilataron como toda reacción a su pedido y le hizo un espacio con su cuerpo lo cual el otro rechazó, sus manos le rodearon la cintura y acarició su vientre, apoyando el mentón en su hombro.

-Yo te sirvo

Daiki asintió y alejó el vaso de su lado, pasó una servilleta por encima de la barra para secar todo residuo y de paso limpiar un poco, buscó en su chaqueta un pequeño papel especial que hubo conseguido en cualquier librería más su uso, único y pecador, no podría haberse imaginado, lo estiró cuidadoso y un rectángulo perfecto se dibujó en el espacio ante sus ojos, Takaki, veloz y experto sacó un pequeño sobre de su bolsillo del pantalón y luego, de igual forma, sacó de su interior una pequeña bolsita con un polvillo blanco parecido a la harina. Lo vertió cuidadoso en aquella bandeja improvisada pero ya conocida y con la uña del índice, partió una línea perfecta de cocaína.

-Servido…
-Gracias – pronunció inclinando la cabeza y con una suave succión, disfrutando de cada fragmento introducido, echó el cuello hacia atrás, recibiendo grato el beso que el otro posaba en sus labios – Siempre me salvas
-No hay de otra

Luces rojas que se volvían más intensas pero no enceguecedoras, eran aduladoras amigas que te querían hacer flotar o así lo veía, todo lo malo se desaparecía de su cuerpo, todos los recuerdos se volvían arcoíris… Incluso ese dolor que aún estaba latente en su pecho.