23 abril 2012

But it hurts... [Drabble]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Debería estudiar inglés e.e
: Nada~
: En el comedor~


Título:
But it hurts...
Autor: Satommy
Pareja: friendship!Arijima - hinted!Inoochii - hinted!Inoodai
Género: Angst [?]
Extensión: Drabble
Summary: "Siempre es bueno, tener el hombro de tu mejor amigo para llorar"
Nota: LOL~ siento que se le puede hacer continuación XD pero me da weba... ahí me dicen si quieren o no...

ME FALTO PONER XD!
ESTE FIC SE LO DEDICO A MI TERREMOTO~~ 
MI VALEEEEEEEEEEEEEEEEEE :D! 
Es todo tuyo uxu♥



-Yuto... ¿por qué duele tanto?

Daiki se acurrucó en su regazo, tratando de hacerse un ovillito como si así pudiera bloquear todo aquel sufrimiento que el entorno le producía.

-Sabes bien el por qué... - le acarició el perfil con los dedos, pasándolos luego a la nuca y jugando con pequeños mechones de su cabello – Me gustaría... - susurró en voz baja – Me gustaría mucho poder protegerte de todo lo que te hace daño...
-Entonces... mátalo... - sus palabras salieron de sus labios juntos pequeñas lágrimas que resbalaban – Hazle sufrir tanto como él me hace sufrir a mi... ¿Por qué aún sabiendo que lo amo me hace esto?
-No lo sé Daiki... - murmuró algo derrotado - ¿Por qué tu te dejes tratar así?
-Porque lo amo...

Su voz sonó débil y temblorosa y miró hacia el otro lado de la sala dónde estaba el pelinegro con el más bajo del grupo, abrazándolo y dándole pequeños besos en las mejillas y en los labios, todo eso mirándolo fijamente a los ojos... ¿es que acaso sabía que así le dolería aún más?

-No... deberías ya acercarte a él... - murmuró el alto, abrazándolo con tanta fuerza que lo apretó más contra su cuerpo, haciendo que el mayor terminara ya como un niño aferrado a él – Ya no sufras, no te merece...
-Lo sé... - sus ojos se cuajaron y empezó a llorar con mayor fuerza – Yuto... haz que deje de amarlo...
-¿Y cómo lo hago? - miró al mayor y pudo ver su mirada de odio, lo ignoró y se inclinó al castaño, besando la cima de su cabeza – Eres un pequeño bobo que jamás me hace caso...
-No lo sé... tu eres milagroso...
-No lo soy...
-¿Es que ya son novios?

La voz cínica teñida de rabia de aquel que los interrumpía los sobresaltó, mas Yuto no dejó que Arioka se bajara de su regazo, lo abrazó más fuerte y le ocultó el rostro lleno de lágrimas para que el otro no lo viera.

-¿Y de ser así qué, Inoo?
-Me parece interesante... - chasqueó los dientes y apretó las manos – Siempre hablo con Dai-chan y jamás me lo mencionó... ¿Es que acaso así se comportan los “amigos”?

Nakajima sintió al chico temblar y le volvió a dejar un beso en la cabeza, miró al mayor con desdén y una sonrisa de medio lado apareció.

-Bueno, creo que no... tal vez ya no deban de ser “amigos” ¿no crees? - miró a Chinen y luego a él – Total... tu tienes más y hasta un novio espectacular con el cual perder el tiempo
-Arioka- se rindió de hablar con el alto, más sabiendo que aquellas palabras que podría decirle terminarían por hacerlo estallar - ¿Hoy saldremos? - miró como movía la cabeza en negación pero sin contestar - ¿Por qué?
-No quiero... - su hilo de voz y por poco se quebró, sus manos se ciñeron a la ropa de Yuto y volvió a negar – No tengo tiempo... lo siento, Inoo
-Ya está, ya lo dijo, ahora nos vamos Inoo-chan

Lo rodeó con sus brazos firmemente y con el uso de su fuerza lo levantó junto con él, cargándolo como un pequeño niño en un abrazo, sintió la mirada penetrante del pianista en su espalda pero ¿a él qué le importaba? Debía protegerlo... era su mejor amigo y sabía que tarde o temprano terminaría colapsando.

-Que te quede el consuelo Daiki... de que el no ama a Chinen, si lo amara – susurró en su oído – No lo engañaría contigo y mucho menos, tendría celos de mí...


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Y :D? ¿Qué tal? Comenten~~~

20 abril 2012

No me olvides [12]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Tengo que estudiar D:
: ¿Dónde está el amor? - Afrodisiaco
: Mi cama~~

Nota: Perdón por la demora :D! Yo sé que han sido meses de espera muy... aburridos XD! En verdad perdón ;w;! Me distraigo o simplemente no me viene la inspiración... Ahora incluso lo terminé porque Mitsue y Akemi me presionaron y... fue todo raro... Aasddasads mi lemon anda fail u_u demasiado fail y perdónenme si las aburro con tanto de mi OTP que es Inoodai... También me disculpo por si hay alguna falla ortográfica... Si todavía alguien me lee este fic ;3; pues coméntenmelo que quiero saber qué les parece... Y sino asddassa ya no lo sigo [?] miren que es el penúltimo capítulo [?] ;w;! Por cierto... éste cap. va dedicado a Carol~~~ y... XD El próximo, el de broche de oro va para mi Pao :3! Gracias por leer~♥ COMENTEN♥


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Lo único que se oía de ambos era su respiración acompasada, un ritmo bajo que apenas también era perceptible, nadie cerca hubiera podido oírlo, simplemente ambos lo hacían.

-Ryutaro…
-No pasó, simplemente fue para ayudar al idiota de Inoo, olvídalo
-Pudiste hacer miles de otras cosas ¿Por qué justamente besarme?
-Eso era lo más rápido y lo más fuerte que podía hacer para distraer a todos…
-Pero…
-¡Que no pasó!

La voz del menor sonaba cada vez más incómoda y hasta amargada, en cualquier momento podría ponerse a gritar y Yabu sabía que no debía presionarlo, pero era imposible, ni el mismo se podía controlar.

-Algún día hablarás de ello
-No creo que sea pronto
-Quien sabe
-Yo lo sé

Se levantó y empezó a caminar hacia las cabañas, no giró a ver al mayor otra vez. Todo estaba mal, realmente mal y si es que Inoo Kei no aparecía con el idiota de su novio, sabría que el sacrificio habría sido en vano.

-¡Yabu!

El mayor había estado a punto de salir caminando detrás del otro pero la voz de Hikaru lo hizo detenerse sobre sus pasos, miró a su amigo acercarse corriendo y con el celular en mano.

-Malas noticias…
-¿Qué?
-Te volviste gay

Le quiso tirar un golpe pero Hikaru fue más ágil y detuvo su mano, haciéndolo girarse y colocándosela hacia la espalda.

-Tranquilo, solo jugaba - lo soltó y su sonrisa se convirtió en una mirada seria – Va a ser la segunda noche en que están perdidos y en vez de mejorar ya perdimos a otro… ¿No sería mejor llamar a alguien?
-Podrían expulsarlos Hikaru… La temporada de campeonatos está a la vuelta de la esquina, no nos lo podemos permitir
-Pero podríamos prescindir de Inoo y Yuto metiendo a Ryutaro en el equipo y…
-¿Cómo mencionas un equipo si tú mismo estás viendo como traicionar a tus compañeros? – miró hacia el bosque y solo suspiró – Confiemos en que aparecerán

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-Me… o-odia… Yama-chan…

La voz de Daiki temblaba y solo era un murmullo, tuvo que esforzarse de sobremanera para poder escucharlo y luego con las pocas sílabas que entendía, descifrarlo y darle un significado razonable.

-No te odia Dai-chan… Es normal que pueda estar… Dolido y resentido pero odiarte…
-E-está… Yabu…
-¿Qué?
-E-está… C-con… con… Ya-Yabu… - nuevas lágrimas afloraron en sus ojos y se acurrucó más bajo toda esa ropa que le habían puesto encima- Du-duele… Mu-mucho… Yama-chan…
-Daiki, tu solo te estás…
-Lo amo…

Ryosuke se quedó callado, entendía a plenitud aquel sentimiento de que la persona que amabas te odiara, pasó el brazo por sus hombros hasta llegar a su antebrazo y en cálido abrazo, lo pegó más a su cuerpo, empezó a frotarle suavemente para seguir dándole calor mientras, al mismo tiempo, trataba de consolarlo.

-Inoo te ama… No te pongas así… - solo recibió un sollozo de contestación – Dai-chan… Él te perdonará…

Daiki se separó y lo miró con un brillo en los ojos, la esperanza estaba más que clara en ellos y esa ilusión de creer que si era verdad, asintió despacio y trató de controlar su llanto.

“Kei… Perdóname”

El menor le sonrió y en un acto de calidez, le quiso besar la frente pero sus labios nunca llegaron a tocar la piel del mayor.

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-¡Inoo!

Kei guardó su celular en el bolsillo cuando oyó ser llamado por alguien más, alzó la vista esperanzado pero solo encontró al alto corriendo hacia dónde él se encontraba.

-Yuto… - no pudo ocultar el tono de decepción de su voz y lamentó que el menor lo encontrase
-Si, a mí también me alegra verte – dijo con un tono de sarcasmo, caminando ya a paso lento - ¿Qué haces por acá?
-Ehm… Yo… bueno… - bajó la mirada, era humillante decir que buscaba a quien solo jugaba con el
-Daiki está con Ryosuke río arriba

El mayor lo miró sorprendido de que pudiese leer su mente, aunque era consciente de que todos en su escuela podían dar por sentado que solo podía pensar en Daiki… Y mucho más Yuto que lo conocía bien. Bajó la mirada apenado y dejó de caminar, meditó unos segundos el volver por el camino recorrido pero las palabras dichas por el menor le cayeron de pronto como un balde de agua fría.

-¿Está con Yamada? ¿Qué?

Supo lo que el alto entendió a través de su mirada de desesperación por lo que caminó cerca suyo y lo tomó por los hombros, sacudiéndolo ligeramente

-Tranquilo… No pasada nada raro, solo Ryosuke intenta que a Daiki no le dé hipotermia

Nakajima supo muy tarde que el haberle dicho eso al mayor había sido un catastrófico error. Inoo había empujado sus manos lejos de su hombro y había corrido por donde segundos antes él había aparecido, un mal presentimiento se apoderó de su cuerpo y corrió tras él, pero la voz de Ryosuke sonó antes de siquiera poder alcanzarlos.

-¡¿QUÉ TE PASA IDIOTA?!
-¡TU ALÉJATE RESBALOSO! ¡NO TE ATREVAS A BESARLO!

Yuto aceleró el paso y se tiró encima de Ryosuke antes de que la patada que lanzara Kei lo alcanzara, se levantó en un segundo y le tiró un golpe de puño de lleno en el rostro del mayor. Daiki gritó fuerte y lo abrazó por la cintura, jalándolo hacia atrás.

-¡No le hagas nada!
-¡Dile que se controle! – le contestó el alto, girándose a verificar si es que su novio no tenía nada.
-¡Tu entonces controla a Yamada y que no toque…!

Se calló al sentir una calidez humedecerle la ropa, desde el piso vio como Daiki estaba llorando sobre su vientre, resopló con fastidio ante los menores y abrazó al castaño, alzándolo hasta acomodar su cabeza en la abertura de su cuello y su hombro, acariciándole las mejillas para limpiar aquellas lágrimas que le malograban la hermosura de su rostro. Daiki lo sujetaba con todas sus fuerzas, sus brazos aún temblorosos por el frío y el llanto se ceñían más y más alrededor de su delgada cintura, buscando esa protección que solo él le había podido brindar en su vida.

-Eres un idiota - bufó Ryosuke al ver la imagen de esos dos - Tanto escándalo para que terminen así?

Estaba molesto e incluso más que aquello, no solo por el drama generado en todo ese tiempo sino también por aquel pelinegro que había osado golpear a su novio... Y fue ahí que se percató que algo andaba mal, escuchó un tosido y se giró a ver al alto que aún lo tenía abrazado pero ahora solo con un brazo, viendo de reojo que el otro estaba apoyado en su vientre y disimuladamente se frotaba con la mano tratando de aplacar el dolor provocado por el golpe recibido momentos antes... y su molestia se convirtió en furia renovada; tal vez era insensata la forma en que empujó a Yuto hacia atrás para recostarlo en el suelo, pero no lo tomó en cuenta y se paró de golpe para mirar a la pareja que en algún momento se había acurrucado en el suelo y ahora se comía los labios.

-Ese idiota... - dio un paso hacia adelante y apretó los puños - ¡Ese idiota!

Le importó poco o nada terminar con aquel momento, era consciente de que era lo que más había anhelado Daiki y por lo que había estado llorando, pero no podía dejarlo así, ya hace demasiado que quería encarar a Inoo ¿Que mejor oportunidad que esa que incluso tenía la excusa para darle un buen puñetazo en la cara? Estuvo a punto de jalar a Arioka hacia atrás cuando dos cosas lo detuvieron: una mano sujetando la parte de atrás de su ropa y la mirada de Inoo que se había fijado en él. Al parecer el mayor ya se había percatado de sus intenciones y sin dejar de besar al castaño que seguía sumido en su mundo rosa, lo miraba fijo, de una manera tan posesiva de la que sobreentendía que si intentaba algo, le iría mal... Demasiado mal... Yuto volvió a tirar de él hacia atrás y rendido se sentó a su lado, mirando como las manos de Kei ya se deslizaban bajo la camiseta que le habían dado a Daiki y dejaba entrever su piel, ambos disfrutando de la unión que tenían sus cuerpos.
Desvió la mirada avergonzado, sus mejillas se tiñeron de rojo por el pudor y miró a Nakajima que también tenía el rostro rojo de vergüenza, lentamente y por acuerdo tácito, ambos se giraron y gatearon hasta un árbol, tratando de ignorar a la otra pareja y en un momento lograron hacerlo. Pero solo un muy pequeño momento... Estaban lo más junto posible tratando de darse calor mutuamente, tratando de no pensar en nada más que en ellos pero un gemido los hizo descolocarse, un gemido que siguió a otro y a pequeños jadeos que empezaron a combinarse con los ruidos del bosque.

-Es el colmo...

Yuto ya harto cogió una rama rota y seca que tenía a mano y se la lanzó a los mayores a la cabeza, haciendo que reaccionaran y se separaran momentáneamente, dándose cuenta de en donde era que estaban y que no estaban solos –lamentablemente-. Daiki susurró un suave "lo siento" y se separó un tanto del pelinegro, pero no mucho ya que su mano aún se ceñía a su ropa evitando que de alguna forma quisiera escaparse. Se sentó de a pocos mientras lo miraba con un brillo intenso en los ojos, eses brillo tan único del deseo y el amor combinados en uno solo.

-¿Que no sabes respetar a tus mayores? - bufó en molestia, pasando una mano por sus cabellos y luego estirándola para acariciar la mejilla de Arioka, correspondiendo a esa mirada con la misma intensidad - ¿Estás bien?

El castaño asintió y miró, dándose cuenta por primera vez en todo ese tiempo del bolso que su recién-novio tenía en el hombro, no le preguntó ni nada y con toda la confianza del mundo lo atrajo a su regazo, riéndose al percatarse que el otro recién se daba por enterado que lo tenía... A veces Inoo era demasiado torpe. Reconoció de inmediato el colgador de pingüino que alguna vez le dio y sonrió amplio, consciente de que ahí encontraría las cosas que necesitaba para abrigarse. Abrió lentamente el bolso, dándose cuenta que pesaba más de lo que él recordaba y encontró no solo comida, sino mantas y más que eso, habían sus tan preciados dulces. El brillo y su sonrisa se ensancharon y lo demás del contenido le valió, se lanzó de nuevo a los brazos de Kei y sus labios se fundieron en los de él, besándolo con suavidad entre sus palabras.

-Gracias… Gracias… Pensabas en mí – le susurró, haciéndole sonar la caja cerca al oído - ¿Cómo lo consegusite?
-Tengo mis trucos – contestó entre risas y un tirón lo hizo separarse nuevamente de golpe, miró ya furioso al otro par pero no pudo culparlos, ambos sentían la frialdad de la noche – Traje mantas… Aunque creo que ya las vieron

Chascó los dientes y empezó a reírse al ver como Ryosuke y Yuto se hacían una bolita bajo el árbol, solo dejando sus rostros verse a través de una pequeña abertura, pero una juguetona mano lo hizo darse cuenta que ahora ellos también ya podían cubrirse…

-Daiki… ¿Tienes mucho frío?

Su sonrisa maliciosa no ocultó ni un poco su deseo y la sonrisa en respuesta del menor tampoco ocultó el suyo.

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Ryutaro se levantó del suelo, ignorando a Yabu y sus palabras de “me gustó”, era exasperante y casi desquiciante ya que él no quería nada… No quería tampoco convertirse tampoco en un rarito… Porque él no era ningún rarito, todos los de su equipo sí, pero él no, escuchó nuevamente esos gritos llamarlo y arrepintió el haber buscado aquel tipo de distracción… Oh maldición, que si Inoo no volvía con el idiota de no-sabía-si-habían-vuelto de su estúpido-no-sabía-si-ya-novio, lo mataría y luego mataría a Arioka… ¿Por qué es que todo era tan alditamente complicado?
Caminó hacia las habitaciones del equipo de básquet pero fue… Estresante la tan solo idea de que Kota pudiera buscarlo ahí, meditó en sus otras opciones y el equipo de fútbol tenía dos camas vacías en las cuales podría echarse a dormir, pero ahí lo abuchearían o llenarían de preguntas con respecto a la búsqueda. No, nada era una buena idea. Pero luego la mente se le iluminó. La habitación del líder, ahí dónde Inoo había estado durmiendo la noche anterior.
Caminó como alma que lleva el diablo, asustado de que ya lo hubieran alcanzado (o que Yabu ya estuviese nuevamente cerca) y se encerró en aquella habitación, mirando la cama desordenada, la mesita caída y también la silla, miró sorprendido la escena ¿Quién se peleó ahí? Pero no necesitó de mucho meditarlo, era más que obvio que Daiki había aparecido por ahí y por el estado anímico de Kei del día anterior podía dar hasta certificado firmado de que habían peleado y de muy mala forma, quiso acercarse a la cama pero… Se detuvo, un pequeño olorcito peculiar que no conocía le llegó a la nariz y retuvo sus pasos.

-Tuvieron sexo acá…
-Para ser un niño, reconoces muy bien ciertas cosas

La maldita voz de Kota lo hizo saltar en sus pies y quiso correr de nueva cuenta pero su mano la detuvo por la muñeca, haciendo que se quedara quieto.

-No te haré nada… ¿Podrías dejar de huir? – preguntó con calma hasta llegar a abrazarlo – Quisiera descansar y todos andan llenándome de preguntas… ¿Sería muy malo que te pidiera que te quedaras a dormir conmigo? De alguna forma, me das paz

Morimoto miró a la puerta y luego a la cama, dejando caer los hombros rendidos.

-La cama está sucia
-Podemos cambiar siempre las sábanas

Sonrió con suficiencia y se acercó al pequeño closet, sacando nuevas sábanas y una manta delgada, le señaló con la mirada al menor para que fuera él quien arreglara la habitación mientras él se ocupaba de la cama, tal vez en un intento de mantener su “inocencia” ya “perturbada” en paz. Sonrió al ver al alto pelinegro hacer todo refunfuñando. No, realmente no estaba enamorado de él, pero Ryutaro tenía algo que los demás no y eso le gustaba. Le gustaba mucho. Y si a ese “algo” le sumabas que lo había besado… Siquiera quería aprovechar su intimidad antes de que volvieran a la escuela.

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Hikaru silvó colocándose los dedos en los labios y soplando hacia afuera, haciendo que el sonido agudo y alto sonara alrededor del bosque y hasta entre los árboles. Todos los chicos que en algún momento hubieron estado dando vueltas en las proximidades, haciendo una búsqueda inútil de sus compañeros, salieron a a la luz de la luna en el campo de fútbol, reuniéndose justo en el centro, con Yuya y Chinen pasándoles tazas de cafés que habían hecho solo momentos antes para mitigar el frío.

-Al parecer no van a dejarse encontrar – masculló uno de los chicos, tomando un sorbo para entrar en calor - ¿Por qué simplemente no llamamos ya a los guardabosques?
-¿Quieres meter en problemas a Yabu? – Yuya alzó una ceja – Si es así y quieres traicionar a tu capitán, anda, eres libre de hacerlo.

Un silencio sepulcral reinó y Chinen tomó la mano de su novio para mordérsela, mirándolo con una media sonrisa.

-No reniegues, ninguno lo va a traicionar, están cansados, solo es eso…

Sabía que Yuri tenía razón, sabía que era una inconsciencia el hacerlos buscar a dos prejas de idiotas simplemente para no meterse en problemas pero era irremediable, o era eso o eran expulsados… Y como mencionó Kota, no podían darse ese lujo con los campeonatos tan cerca.

-Vayan todos a dormir, mañana proseguiremos con la búsqueda después del almuerzo, en la mañana se llevará a cabo el entrenamiento respectivo, al fin y al cabo, no hemos venido a perder el tiempo

Hikaru resopló mientras veía todos desperdigarse y lentamente ir entrando en el edificio, yendo directo a sus habitaciones, rendidos de tanto esfuerzo físico.

-Hikaru ¿qué haremos si no regresan? – preguntó Chinen juntando las tazas sobre una bandeja, mirando mal a Takaki cuando le dio una nalgada – Basta
-¡No fue nuestra culpa que huyesen! – se quejó su novio – No tengo yo por que quedar en abstinencia solo por…
-Cáyense – bufó Hikaru mirando hacia el bosque – De alguna manera vamos a encontrarlos…

Los otros dos asintieron al mismo tiempo y se retiraron hacia adentro, tratando de idear un plan al igual que el resto para poder encontrarlos cuanto antes.

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Inoo y Daiki habían esperado cerca de dos horas hasta que Yuto y Yamada se quedaran completamente dormidos, podían escuchar sus respiraciones acompasadas combinadas con la fluencia del río, se veían totalmente idos y descansando su agotamiento de esos días.
Los mayores se lanzaban miradas furtivas en todo momento, habían aprovechado en armar una pequeña fogata al medio del árbol del otro par y del suyo y Daiki había aprovechado la privacidad relativa que tenían para ponerse el pantalón de su pijama que felizmente había encontrado en su maleta, miró a Kei haciendo chispas y poniendo más ramitas a las llamas que había acabado de prender.
Hace unos momentos se habían estado comiendo los labios y mucho antes sus manos ya habían recorrido aquellos rincones que tanto se habían extrañado. Se relamió los labios y gimió desde su sito, ganándose aquella atención que deseaba.

-¿Ahora sí crees en mis palabras?

Preguntó en un susurro, apoyado contra el árbol, ganándose la sonrisa torcida y lasciva del mayor.

-¿Y qué si no lo hago?
-¿Me dejarías nuevamente demostrártelo?

Ambos rieron mientras Kei se le acercaba hasta arrinconarlo contra el tronco, haciendo que sus cinturas bajas se presionaran la una con la otra, ambos ya sentía aquel bulto crecer bajo sus ropas con tan solo la cercanía de sus cuerpos.

-Uhmm… suena interesante… Aunque más me interesa castigarte por tanto tiempo de sufrimiento, Arioka
-¡Kei! – reclamó en voz baja con cierto nerviosismo – Sabes… que… ¡AH!

Se mordió fuerte el labio por aquello que sentía, el mayor lo estaba callando de una manera brusca, presionando su entrepierna y delineando los contornos de su miembro, siendo algo tan fácil por el simple hecho que su pijama no era tan gruesa como para camuflarlo.

-K-Kei… - gimió al sentir una nueva presión- Me harás… despertarlos…

Miró de reojo a Yamada, no es que le importase que los vieran… Pero aún no sentía que fuera del todo correcto que los vieran en “ese plan” habiendo apenas ellos terminado ayer.

-Hagámoslo en silencio…

Cambió de posiciones y fue el mayor quien apoyó su espalda en el tronco, dejándose resbalar de forma tosca contra el suelo pero llevando consigo al menor entre sus brazos. Sus manos acariciaban el vientre del castaño mientras una subía a buscar sus pezones por debajo de su ropa, presionándolo y jugando con él entre sus dedos, lamiendo el arco de su oreja y luego introduciendo la lengua el pequeño agujero, moviéndola de lado a lado.

-Sabes… me tenías preocupado… - bajó a su cuello mientras sentía el cuerpo de Daiki temblar bajo su tacto – Me hiciste… casi colapsar… - mordió su nívea piel que aún en la oscuridad se notó marcada con una pequeña mancha rojiza que se oscurecía – Y además… no me satisfaciste la noche pasada

Daiki se ofendió. Estaba por reclamar nuevamente pero una mordida y otra presión en su entrepierna lo mantuvieron quieto, totalmente dominado. Inoo introdujo su mano bajo el pantalón que recién había sido puesto y buscó la punta del miembro semi-erecto bajo la tela, el simple roce fue suficiente para que en cuestión de segundos tomara consistencia, y no demoró mucho hasta erectarse por completo gracias a aquel dedo que directamente se había ido a la abertura del prepucio y lo presionaba, como queriendo introducirse.

-Ahh… K-Kei… ya… no hagas eso…

No escuchó sus peticiones, con su otra mano lo tomó por la cintura y lo hizo retroceder aún más, haciendo que el cuerpo del más bajo se apretara con descaro en su entrepierna, pudiendo imaginar con total claridad aquellas nalgas presionarse contra el falo que ya tenía todo su tamaño, clamando por entrar en la estrechez que tantas veces ya había sido suya.

-¿Ya… estarás húmedo?

Su lascivia y su deseo… ¿Cuántas veces Inoo había estado así con él? Mayormente él era el que lo tentaba pero ahora… Ahora era el mayor que estaba a flor de piel con toda su lujuria expuesta, queriendo poseerlo de aquella forma en la que muy pocas veces lo había hecho, de aquella forma que sabía su garganta quedaría ronca.

-¡AH!

Otro gemido salió fuerte y alto y tuvo que llevarse la mano a la boca para acallarse y no levantar al otro par, sin darse cuenta el pelinegro había deslizado su mano entre sus nalgas y había tentado con malicia su pequeña abertura, adentrando solo uno de los falanges de su dedo gordo, el más grueso pero no el más largo.

-¿Qué… haces? No… no me dilates…

Pidió con voz entrecortada pero de nada sirvió, introdujo el otro falange y dejó ya dentro su dedo, presionando hacia abajo una de sus paredes que casi de inmediato se tensaron, contrayéndose de forma placentera, haciéndole sentir al mayor una punzada en su hombría.

-¿Quién… dijo… que lo haría?

Su voz ronca fue la pista que necesitaba para saber que estaba excitado a un punto limitante con la locura, Inoo dejó en paz su entrepierna para de un movimiento rápido y limpio sacarle la polera que lo abrigaba, dejando la piel de su espalda a total disposición que no estuvo ni dos minutos uniforme pues las mordidas y succiones que los carnosos labios de su novio le dejaban marcaban con pequeños chupones morados todo lo que recorrían. Y fueron esos labios y esos besos lo distrajeron de manera tal que no supo en que momento ya ambas manos estaban en su retaguardia hasta que sin piedad cuatro dedos, dos de cada mano, lo penetraron, separando su entrada para abrirla y rozar las paredes.

-Ahhh…. Ahh…. No… no hagas… eso… ¡KEI!

Maldijo en voz baja y escuchó la risa maliciosa del otro, que enarcó una ceja y con la suave caricia de la punta de su nariz lo hizo girarse, rozando sus labios antes de dejarle una fuerte mordida en el inferior.

-¿Escuché bien? – movió con mayor descaro sus dedos - ¿Me estás prohibiendo algo?

Se volvió a callar, indefenso e irremediablemente impaciente de sentirlo, no quería alargar las cosas, maldición que era lo último que quería, lo necesitaba tanto… Su depresión ahora estaba totalmente esfumada pero aquel vacío de necesidad… De pasión que necesitaba ser aplacada lo hacían descontrolarse, sus manos que momentos antes se apoyaban en el pasto y que incluso arrancaban la vegetación de la presión que ejercíase acercaron a su pantalón, bajándolo de un tirón hasta las rodillas, dejando ya todo su cuerpo al descubierto.
Escuchó un siseo del mayor y supo que la presión de su ropa le estaba ya doliendo, sin girarse, pero de manera casi experta, le desabrochó y abrió el cierre, tocó solo con un dedo aquel falo duro y palpitante y presionó como tanteando, cerrando los ojos y volviendo a gemir con fuerza al sentir como de regaño Inoo introducía y separaba más sus cuatro dedos.

-Y-ya... por favor... - pidió en voz baja el menor, moviéndose de caderas para rozarlo – Kei...

No fue necesario implorar, el pelinegro sacó solo los dedos de su mano derecha para bajarse hasta medio muslo toda su ropa inferior y con la misma mano tomo su hombría que estaba dura como una roca, la irguió lo mejor que pudo y ya liberando la entrada de Daiki, lo tomó por las caderas para lentamente dirigirlo hacia abajo, introduciéndose de una manera lenta y desesperante en su interior, pero incrementando de esa forma las sensaciones de ambos.

-Ahhmmm... ves? No... te dilataste... - gimió Kei entrecortado, abrazándose al menor para de un solo golpe, hacerlo bajar – AH! ¡Daiki!
-Shh...!

Lo calló un tanto nervioso, mirando a sus acompañantes que no se movían de su posición... Si no hubiera estado en otra situación hubiera pensado en lo tiernos que se veían, pero una estocada sádica y una presión en su sexo lo hicieron morderse el labio, miró a Kei con reproche pero éste solo tenía una sonrisa torcida, lo hizo elevarse sobre sus rodillas que ahora descansaban entre sus piernas y lo volvió a hacer caer, haciéndolo autopenetrarse de esa manera.

-Ahhh...

Giró la cabeza y buscó sus labios, era imposible para ambos el mantener sus gemidos y gritos de placer acallados o siquiera en un nivel de audición casi nulo.
Subía y bajaba, lentamente y luego rápido, quería hacerlo lo más duradero posible pero Kei no lo dejaba, el quería que todo su interior se friccionara contra su glande y sus gluteos cayeran hasta sonar el golpe de su pelvis contra estos, era desesperante no poder tener un ritmo fijo pero no pudo ya el seguir con el control cuando de manera imprevista, casi sabiendo lo que ocurriría, Kei le flexionó hacia adelante una de sus piernas y la hizo presionar contra el pecho, teniendo más disponibilidad de su abertura y ahora moviéndose casi desenfrenado para tocar aquel punto de ebullución en su cuerpo, aquel punto alejado que se encontraba casi llegando al esfinter, pero como si eso no fuera suficiente, como si no le bastara enloquecerlo con ello y llevarlo a su límite, una de sus manos tomó su miembro y de forma casi sádica empezó a masturbarlo, haciendo que las venitas de éste se tensaran. Ya sentía todo venir, sentía su cuerpo contraerse de una manera casi extraña y sus ojos nublarse por el éxtasis, mordió el labio inferior del mayor que ya ni besaba y de un fuerte grito que hizo salir volando a las aves que los rodeaban, se corrió, sintiendo casi de inmediato la calidez del semen de Inoo llenarlo mientras su propia escencia reposaba salpicada en su mano y en su ropa.

-Da-Daiki...

Llamó el otro, pasando el brazo por su cuello como para ahorcarlo pero sin hacer presión, teniéndolo de esa forma solo para que el castaño tuviera una visión en primera plana de como se relamía sus dedos bañados en su semilla.

-Te amo...

Arioka sonrió y se giró a besarlo, probándose a sí mismo en los labios del pelinegro, sintiendo todo ese cosquilleo y calidez embargarlo como nunca antes se había percatado, aquellos brazos firmes y delgados rodeaban su cintura y lo pegaban más y más, sabiendo que ya nada los separaría.

-¡IDIOTAS!

Ambos se quedaron petrificados al sentir la frialdad del agua en la cara, después de eso, la primera reacción del mayor fue cubrir a Daiki con la ropa más cercana. Ambos miraban a Ryosuke que tenía las mejillas rojas de verguenza y un vaso en una mano, se podía ver la furia en sus ojos pero no dijo más, giró sobre sus talones y volvió al ovillito que era su novio, se metió con él bajo la manta y como si no hubiese pasado nada, volvió a quedarse dormido.

-K-Kei... - susurró Daiki conteniendo una risa – Yo también te amo...

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Se removió en la cama y por consiguiente en sus brazos, no había pegado el ojo en toda la maldita noche todo porque Yabu lo tenía abrazado... ¡¿Es que acaso tenía cara de peluche?! Se quejó con un bufido pero el otro no se dio por enterado, seguía profundamente dormido.

-No soy gay...

Le volvió a regañar y de paso se lo recordó a si mismo, miró por la ventana y vio como la luna de a pocos iba avanzando en la noche... ¿Qué hora ya sería? ¿A qué hora se acostaron? Miró a la persona a su lado y casi se asqueó, temblando de nerviosismo en su sitio trató de soltarse. Tenía que salir de ahí. Nuevamente lo miró y sus ojos cerrados le transmitieron un poco... Solo un poco de paz... ¿Cuánta tensión estaba recibiendo Kota? ¿Qué cruzaría por su mente? ¿Estaba pensando en todas las opciones que tenían por si no volvía esos otros idiotas? ¿Estaría soñando sobre eso? Su cabeza empezó a dolerle y lentamente, de manera rigurosa para no despertarlo, se soltó de sus brazos. Bajó de un brinco de la cama y caminó en zancadas hasta la puerta pero cuando iba a girar el pomo de la puerta y huir de ahí, algo lo detuvo, miró al cuerpo del mayor durmiendo y resopló con desgano. No quería dejarlo solo apesar de todo. Se puso a dar vueltas por la habitación, pensando qué hacer hasta que le bajara el sueño y fue viendo cada rincón de la habitación, otra vez asqueándose al imaginar el que cosas habrían hecho Inoo y Arioka ahí. Sus ojos se posaron en el closet y empezó a revisarlo por curiosidad, tratando de ocupar su mente en otra cosa que no fuera nadie de los de su equipo o los de su escuela, trató de pensar en sus padres y en sus hermanos, en cosas triviales... Hasta que sus manos cogieron unos tubos cortos, algo gruesos ¿qué era eso? Había incluso una cosa que parecía pistola... Y el uno encajaba en el otro... Frunció el ceño, tratando de encontrarle el sentido. Giró uno de los tubos y leyó sus indicaciones de uso, sus ojos se abrieron de par en par al encontrar tres simples palabras que les arreglaría la vida a todos... Que le arreglarían la vida al idiota de la cama... Y que también se la arreglarían a él...

-¡Yabu! - gritó sonriente - ¡Luces de bengala!

12 abril 2012

JUMP House [3]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Aaddasasdasd #NEWScomeback
: Nada ._.
: Biblioteca de C1



Título: JUMP House [3]
Autor: Satommy
Parejas: Inoodai-centric, Yamajima
Género: Fluff fail [?]
Extensión: Drabble

Cerró los ojos con fuerza, tratando de mantener el equilibrio pero le fue inútil, su cuerpo, como si fuese un costal, cayó hacia el piso sin que nada ni nadie puediese detenerlo, se acurrucó en éste temblando de frío y con el sudor resbalándole a través de la frente, tratando de captar un poco de aire con la boca.

-¡Tadaima!

Escuchó un par de voces que pertenecían a sus mejores amigos y trató de captar su atención, pero le fue inútil, ningún tipo de sonido logró formarse en su garganta y solo anheló con todas sus fuerzas que lo encontraran de una vez.

-Sabes Yuto... Es raro que...

Ryosuke se quedó a media frase al ver al mayor en el piso hecho casi un ovillito y casi convulsionando por la fiebre, corrió dónde él no sin antes haber gritado fuertemente el nombre de su novio para que lo ayudase a cargarlo.
Yamada lo apoyó entre sus brazos y lo trató de levantar pero el peso casi muerto del otro se le hacía casi una tarea imposible. Hizo otro esfuerzo que logró concretarse con ayuda del alto y delgado de Yuto que, ya imponiendo su fortaleza , posicionó los brazos del castaño en los hombros de ambos y, arrastrándolo, lo llevaron a la habitación a recostarlo, cambiándole la ropa empapada de sudor por otra más cómoda y seca.
Ryosuke voló por un vaso con agua y un par de pastillas que en pocos segundos se mezclaron en el vientre de Arioka que casi inconsciente se dejaba hacer por los menores, sintió otro escalofrío recorrerle y el pánico atraparlo, empezó a llorar por el dolor y se hizo una bolita bajo las mantas, alejando las manos que trataban de consolarlo.

-Kei... Kei... Mi Kei...

Su voz ronca, apenas en un hilo, se hizo escuchar y fue lo último de realidad que pudo vislumbrar antes de quedarse profundamente dormido por el medicamento brindado, sumiéndose en sueños y pesadillas que no lo dejaban tranquilo.

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-¿Cómo ésta?

La voz baja del mayor no encubrió la preocupación de sus palabras, Yuto cerró la puerta a sus espaldas y lo miró con una sonrisa tranquila.

-La fiebre ya remetió... Y ahora solo duerme, hace media hora que no tiene pesadillas, o eso cree Ryosuke porque no se mueve ni llora ya... Lamento no haberte llamado antes... Pero es que como sabía que tenías examen no quise que...
-No te preocupes – le dijo con un tono algo hosco ya que él hubiera preferido a su novio antes que a una nota – Entraré a verlo...

Fue un aviso de precacución, para que los dejaran solos, no pasó ni un minuto y Yamada ya salía por la puerta dejando a Inoo completamente solo en la habitación, vislumbró la cabellera castaña de Daiki asomar por debajo de las sábanas y se le acercó con cuidado, alzó las sábanas y quitándose los zapatos se recostó a su lado, haciéndolo girar ligeramente para acunarlo en su pecho mientras le acariciaba las patillas hasta bordear el arco de su oreja, deslumbrándose una vez más por la belleza de aquel ser el cual era dueño de sus pensamientos.

-Hermoso Daiki... ¿Ahora porque te enfermaste? - preguntó aunque no lo suficientemente alto para despertarlo - ¿Sabes que me debes el dinero del taxi que tomé tratando de llegar más rápido?

Un gruñido bajo lo hizo reír, acariciando con mayor delicadeza la piel expuesta de su cuello.

-¿Kei?

Su voz sonaba aún rasposa pero con mayor vitalidad que antes, apretó los ojos y los abrió para mirarlo, sonriendo y causando un dulce curveo en sus labios que hacían temblar al mayor.

-¿Qué pasó?
-Na-nada... - tartamudeó, cambiando de inmediato su expresión a una de cierta culpa
-Daiki...
-Nada... en verdad nada...

No le creyó, lo conocía tan, pero tan bien que era imposible creer en esas palabras, soltó su abrazo y como detective que ya sabe el delito cometido se fue hasta el borde de la cama, apoyó las manos en el piso y de esta manera, asomó la cabeza debajo, observando las casi quince cajas de Pocky's que estaban ahí regadas, todas vacías.

-Con razón – murmuró con el ceño fruncido, se levantó y miró al menor que le hacía la cara más tierna que podía pero eso no funcionaría, no esa vez – Estás castigado Arioka... Nada de...
-¡KEI!

Lo jaló de la mano antes de que pudiera formular sus palabras, lo atrajo a su cuerpo y unió sus labios besándolo de manera sutil, con ese toque de diablura y ternura combinados a la perfección que lo hicieron ceder. Inoo volvió a cobijarlo entre sus brazos y sonrió, mirándolo a los ojos.

-Ya no te compraré Pocky's y... ni te atrevasa comprarte por tu cuenta, les diré a todos que estás enfermo a causa de ello...
-¡Pero Kei!
-Nada de peros... - le dejó otro pequeño beso en los labios, uno en la nariz y para finalizar en la frente - ¿Deseas dormir un poco más? Luego te traigo la cena, ¿si?
-Sí...

Se volvió a acurrucar, aunque perdiese el lujo de tener su vicio, no había nada mejor que estar a su lado.