08 enero 2014

Senseless [Drabble]

http://i89.photobucket.com/albums/k220/Satommy14/pensamiento1.jpg: Quiero montar bici♥
: You belong with me - Taylor Swift
: Mi rinconcito de perfección♥

Título: Senseless
Autor: Satommy
Parejas: Inoodai
Género: Slash[?]
Extensión: Drabble
Notas: ¡Hurra! No pasó de las mil palabras XD -faltaron 7 palabras para eso- Hahahaha pues, no sé... hace mucho no escribo Inoodai y supongo que los he echado en falta uwu no puedo conmigo y los amo demasiado :'D ¿Cómo está? ¿Esperando los serial? Yo también :'DDDD intento darle a mi word pero ahí se me rebela y además que ando super distraída con todo :c más que tengo bici nueva y asdasdasdadsad♥ *rueda* Espero que les guste :')♥ saluditos


Inoo cogió uno de los cigarrillos que tenía en su cajetilla y salió al balcón a fumar un poco, sintiendo como el humo que calaba subía junto con esa combinación extraña de químicos a su cerebro y le hacía divagar, calmar de alguna forma aquella extraña sensación que aparecía en su interior.
Estaba completamente desnudo, algo que no le importaba en lo más mínimo porque vivía en aquella hermosa penthouse que había comprado después de años de ahorro y de apoyo de sus padres como garantes. A veces le preguntaban por qué algo tan lujoso para una sola persona, ¿pero quién decía que estaba solo? Su interés en adquirir una residencia así era básicamente porque apreciaba la privacidad que le entregaba, pudiendo hacer o dejar de hacer lo que quisiera sin ojos curiosos observando.

-¿Kei-chan?

Una voz le hizo alzar la mirada, estaba fumando del pitillo del tabaco una vez más cuando su figura esbelta y pequeña se asomó por el pasillo de las habitaciones. Sus manos se tallaban los ojos y estaba bostezando continuamente como si fuera un niño pequeño. Su piel, tostada perfectamente pero sin perder su blancura, brillaba gracias a la luz de la luna que se asomaba por las ventanas; definitivamente, vivir en una penthouse tenía sus beneficios, ¿cómo sino estarían tan cerca del cielo para ver la imagen vivida de su ángel?
Sonrió levemente y golpeó la colilla del cigarro para que la ceniza volase hacia la ciudad, sin dejar de observarlo. La punta roja brilló en la oscuridad y vislumbró la sonrisa de su castaño aparecer.

-¿Te desperté, Daiki?

El menor rió, bostezando nuevamente mientras se acercaba con pasos lentos a él. Con sus manos delgadas y astutas le quitó el cigarrillo para darle una suave calada que no tardó en salir de sus labios apenas entreabiertos. El humo, chocando contra su rostro. Lo tomó de la cintura y lo atrajo hacia sí mismo, besando su cuello con pequeñas mordidas.

-Mañana tenemos una presentación… no dejes marca – su voz baja, de secretismo y vergüenza le hizo sonreír más y bajó con sus labios a la clavícula, dándole una larga lamida. Estaba saladito, a causa del sudor que había segregado hace tan solo una hora.
-¿Lo dices porque las maquillistas te van a regañar o porque Yuto se va a dar cuenta que lo engañas?
-Cállate – le dio un pequeño golpe y amenazó con alejarse pero lo sujetó con fuerza por la cintura, bajando los besos por ambos hombros – ¿Me recuerdas, qué hago acá?
-Estás enamorado de mí, pero me consideras un perro de la calle que se acuesta con todos y por eso, prefieres tan solo jugar conmigo
-Oh, cierto…

Inoo no lo vio, pero pudo sentir la sonrisa triste del castaño. Le acarició la espalda y la cintura, dándole calma en su corazón. Si es que tan solo supiera… si sus ojos pardos pudiesen ver más allá de los rumores y sus propias mentiras, ¿ambos estarían ahí, jugando a tener sexo cuando era algo más profundo que eso?

-¿Tienes otro cigarrillo?

Arioka preguntó en voz baja, dejando caer la colilla acabada de aquel cigarro a un lado de ambos, apagándose con el poco viento que corría esa noche. Era extraño si los veían, ambos desnudos, abrazados como dos amantes en la casa de uno de ellos pero que el otro conocía tan a la perfección como si fuera su propio hogar. Los dos, aferrados a sus almas como si no hubiera mañana.

-Deberías dejar de fumar, Dai-chan
-¿Me lo dice el que se levanta en madrugada a dar una pitada? – Kei rió, soltando su abrazo para suavemente tomarlo entre sus brazos, cargándolo peculiarmente como si fuera una “princesa” – Oie… ¿es necesario que me cargues así? – vio sonreír al mayor y volvió a reír, dejándose hacer con los ojos lentamente entrecerrándose - ¿Cuándo vas a cambiar, Kei-chan?
-El día que tú, dejes a Yuto

Y estaba ahí la charla de todos los días, de todos los momentos en los que estaban juntos porque así era su relación, porque ambos eran así de extraños.
Inoo, que se esforzaba por mantener una imagen de playboy rompecorazones y Daiki, que se esforzaba por fingir sentimientos y una relación con el baterista de su grupo.
Los dos, negados a dar un paso a la formalidad cuando era más que claro que había algo más entre ellos que una simple relación de sexo.
Pero Kei no quería dar su brazo a torcer, no quería pensar que apenas se declarara ambos se volvieran una pareja del montón que sólo vivía de momentos cursis y tontos –aunque la idea al lado del castaño, no pareciera mala– y estaba Daiki, que se negaba a terminar con el alto porque no quería ser cruel y porque, necesitaba un refugio en el cuál esconderse cada que recordaba que no era el único para el pianista.

Ambos idiotas, negados a aceptar algo que ya los consumía.

Kei lo dejó reposar encima de su cama con sábanas de seda, blancas y pacíficas entre las que Daiki combinaba a la perfección, su cuerpo desnudo deslizándose hasta enlazarse a ellas, dejando apenas una pierna y parte de las nalgas al aire libre. Sonrió ladino, ¿cómo no verlo en detalle si su cuerpo era perfecto? ¿Si su rostro de niño era básicamente, todo lo que quería y buscaba? Hace mucho tiempo que no buscaba más satisfacción que en su compañía, algo que no le compartiría, porque los labios de su castaño no le pertenecían, aunque sólo él fuera el dueño de su cuerpo.
Se acomodó a su lado, rodeando su cintura con los brazos y besó su hombro izquierdo antes de sumergir el rostro contra su cuello.

Una noche más que dormían juntos, una noche más donde sus corazones se unían y las palabras sólo eran mentiras que camuflaban su realidad.

Una noche más en la que se amaban en secreto y que sólo ellos, en su alma, eran capaces de aceptarlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

♥~

Paoo Inoue dijo...

Ay que hermoso! Y dicea que no importa si no comento *^* cada que leo y veo que no te comento ea una puñalada para mi porque escribes tan hermoso!
Ahh Daiki deja a Yuto! :/ vivir mintiendo ala persona que quieres es fatal y mas si estas con ella y con aalguien mas ♡ pero ame el drabble. Sato no abandones al Inoodai!♡