



Título: Last Chance
Autor: Satommy
Parejas: Yabutaro (I think)
Género: Lemon [?]
Extensión: Oneshot
Summary: Oficialmente tenía una relación con Hikaru y sabía que tenía toda la aprobación del grupo pero… Había un secreto, un pequeño, sucio y dulce secreto que nadie sabía… Solo Ryutaro, quien ya había llegado al límite de su paciencia ¿Qué de bueno era solo ser el amante de la persona que en verdad amabas? ¿A quién mentía Yabu? ¿A Hikaru cuando le decía que lo amaba cuando lo engañaba con otro? ¿O a Ryutaro cuando le decía que dejaría a Hikaru por él?
Notas: Sora :3 Tú tienes TODA la culpa de este lo-que-sea que NO estaba planeado D:
Nota 1: Deni, este oneshot (mega largo) es para ti, porque creo que fuiste tú la que más me presionó por él… Gracias por volver a aparecer -w- Para la próxima, no te vayas por tanto tiempo… Y… Sabes que te agradezco un montón tomarme en cuenta, ¿ya dije que te quiero?
Nota 2: Carol, Mokoni, gracias también por la presión, Shiibi, ni que decir de ti XD Yukito, tu también, aunque sé que has estado con un problema espero que todo salga mejor pronto y que mi consejo trillado te haya ayudado siquiera un poco
Nota 3: ISA D: oh dios XD Tú te mereces una mención especial porque hasta te tomaste la molestia de escribir en mi muro del face, gracias :3 eres genial niña, espero que el Inoodai de este coso te guste
Nota 4: Akire adsassad♥ Te adoro :3
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¿Cuánto había pasado ya? ¿Un año? ¿Dos? No… No había sido tanto tiempo… Un año, tres meses, 5 días y… Algunas cuantas horas más ¿Por qué Morimoto Ryutaro contaba con tanto empeño el tiempo? No se le podía culpar… Cuando esa persona se metió en su cuarto aquel día, su mundo fue… ¿Completo? No era la palabra exacta para describir aquel sentimiento, pero era feliz, por fin se sentía correspondido, aunque la manera no fuera la más correcta ¿Perder su castidad con Yabu, en verdad había valido la pena? En momentos como este era cuando más se lo preguntaba, cuando estaban en la sala de ensayos y veía como Hikaru lo abrazaba por la cintura y apoyaba su cabeza en su espalda ¿Por qué él no podía hacer eso? ¿Por qué si lo amaba tanto no podía siquiera acercarse y abrazarlo? Sus ojos empezaron a arder y volvió a su libro a tratar de concentrarse nuevamente en su tarea, era el break pero tener la mente despejada no era una opción para él, era algo doloroso si lo hacía… Más cuando sentía de rato en rato la mirada de Yabu en su persona ¿Acaso el mayor no era demasiado egoísta? A veces, estaba más que seguro que sí, pero si su egoísmo era el que le permitía estar a su lado, no le importaba mucho ¿Tan masoquista era? Sintió la mirada del mayor en su nuca y tembló, cosa que respondió su pregunta instantáneamente, dejó salir un largo suspiro y miró su libro una vez más, pero le era imposible, no se podía concentrar como tampoco podía estar más tiempo ahí.
-¿A dónde vas?
La voz de Daiki lo hizo girarse cuando estaba caminando hacia la salida, miró a Yabu de reojo y vio como el mayor también lo miraba, aunque bueno, tampoco era algo para alegrarse, todos los chicos del grupo hacían lo mismo.
-Al baño ¿Por qué? ¿Acaso quieres acompañarme? – le dijo con algo sarcasmo en la voz
-Si me invitas – el chico sonrió y poniendo sus manos en los hombros del otro, lo sacó de ahí
Ryutaro no opuso resistencia y se dejó llevar, al fin y al cabo, solo era ir al baño. Entró aun siendo empujado por Arioka, pero ya dentro se soltó de su agarre y se dirigió al lavabo para enjuagarse el rostro a ver si se despejaba un poco, abrió el grifo y apenas el agua empezó a correr, escuchó un pequeño ‘click’. Se giró hacia la puerta, Daiki estaba ahí apoyado viéndolo con tristeza y algo de furia.
-¿Qué? – dijo frunciendo el ceño y con hosquedad
-¿Por qué dejas que te use?
-¿Eh?
Lo último que se esperaba era esa pregunta y… Si la meditaba, tampoco sabía la respuesta, así que lo ignoró y se acercó a la secadora de manos, aparte, ¿Quién le aseguraba que estaba hablando de Kota? Había sido una pregunta al aire, si trataba de contestarle podría venderse a sí mismo.
-Ryutaro, te lo pregunto directamente porque quiero saberlo – su voz se volvió más fría - El otro día escuché claramente como Yabu te decía que ocultaras la marca que te había hecho en el cuello… - suspiró y se acercó al ahora petrificado cuerpo del menor - ¿Por qué dejas que lo haga? Él y Hikaru…
-¡Cállate Daiki! ¡Tú no sabes nada!
-¡¿Y tú sí?! ¡Solo eres un niño! Un niño que deja que…
No pronunció alguna otra palabra más pues la boca del chico se posó sobre la suya, besándolo con algo de fiereza y solo amenizándolo cuando unas pequeñas lágrimas se colaron entre las aberturas de sus labios. Daiki lo abrazó por inercia por el cuello con uno de sus brazos y le correspondió el beso, mientras que con el otro limpiaba las lágrimas de dolor que seguían cayendo de los ojos de Ryutaro.
-¿Lo ves? – dijo con la voz baja pero firme – No soy un niño…
Diciendo eso salió del baño, limpiándose los últimos rastros de lágrimas que tenía en el rostro ¿Por qué lo había hecho? ¿Por despecho? Si era así… ¿No se supone que debería asegurarse que Yabu se enterara? Pero… No ¿Para qué? A él no le importaría… A él solo le importaba Hikaru.
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Un año, tres meses, dos semanas y 3 días que habían pasado desde que había iniciado algo con Yabu aun sabiendo que él tenía novio. Un año, tres meses y 5 días habían pasado hasta que empezó a tener una doble aventura con Daiki… Recién habían pasado 12 días desde que iniciaron esa “relación” ¿Pero se podía llamar así? Solo se besaban, como el primer beso del baño… y se dejaban marcas en los cuellos… y llegaban a algo de toques por el cuerpo pero de ahí en más, nunca habían pasado a nada… Una semana completa desde que no había hablado con Kota más que lo suficiente… Lo necesario, para ser más explícito, y cuando este se acercaba a él cuando no había nadie pues simplemente emprendía la huída.
-Yamada estará con Takaki, Chinen con Yuto, Daiki irá con Hikaru, Keito con Inoo y Ryutaro, conmigo.
El mayor y casi líder del grupo, estaba repartiendo los cuartos en los que iban a dormir, habían empezado con el tour en esos días y esa sería su primera noche fuera. Kota solía ser el que acomodaba los cuartos siempre, de forma que él y Ryutaro terminaban juntos “casualmente”, ya sea porque YamaJima cambiaba sus ubicaciones o porque TakaChii hacía berrinche al unísono. Lo miró fijamente ya tirando por la borda sus intentos de ignorarlo con su Nintendo DS ¿Por qué lo hacía tan difícil? Sus acciones eran más que suficientes para darse cuenta de que no quería nada más con él… ¿Por qué insistía?
-Yabu ¿y si yo duermo con Ryutaro?
La voz de Daiki fue un alivio, por llamarlo de alguna manera, el menor de todos lo miró con agradecimiento.
-¿Por qué?
La pregunta que dio por respuesta no fue lo que dejó helados a todos, sino el tono que empleó al hacerlo, era casi de odio. Morimoto miró a Yabu casi asustado ¿Acaso se había dado cuenta? Se había tomado la molestia de tener cuidado en no dejar rastros de… Sus juegos pero…
-Para que tú puedas dormir con Hikaru
-Oh, bueno…
La respuesta había sido simple y obvia, la punzada en el pecho que sintió también lo había sido… ¿Daiki lo estaba haciendo apropósito? ¿O por qué motivo le sacaba en cara la relación aun latente entre ellos?
-Más bien… Ko-chan, yo necesito dormir con Keito durante estos días, debemos practicar todo lo que podamos para los conciertos… Su solo de guitarra aún no llega a encajar perfectamente con mi solo de bajo así es que…
-Si de acuerdo – contestó cortante y miró a Daiki – Supongo que aún te negarás a dormir con Inoo
-Me alegra que ya lo sepas
Arioka tomó una de las tarjetas de la mano de Kota, cogió sus cosas y luego tomó la mano de Ryutaro para llevarlo hasta la habitación, ignorando a todos los demás que miraban con ojos interrogantes.
-¿Qué fue eso?
-¿Qué fue de qué?
-No te hagas el tonto conmigo Daiki, creí que ya habíamos establecido que no era un niño – no obtuvo respuesta - ¿Por qué no puedes dormir con Inoo?
-Porque no quiero
-Pero por qué no quieres – lo miró con molestia mientras dejaba sus cosas en una de las camas - ¿Tú y él tuvieron algo o qué? – el mayor seguía callado - ¡Daiki!
-Inoo siempre fue mi mejor amigo – se recostó en la cama mirando al techo – Y siempre hemos sabido todo el uno del otro… Incluso sabía que… Tenía un tipo de enamoramiento por Yabu
-¿Q-qué? – sintió su corazón latir a mil ¿A Kei también le gustaba Kota? - ¿A qué… te refieres?
-A Inoo también le gustaba Yabu… Sin embargo… - su voz sonó más débil – Yo… Estaba enamorado de él… - se reincorporó y vio a Ryutaro que tenía los ojos bien abiertos viéndolo fijamente – Kei y yo estábamos saliendo hasta hace un mes
No, en definitiva no se había esperando eso… Nunca los había visto tan cercanos el uno del otro, ni menos los había visto cariñosos ¿En qué momento es que empezaron a salir? Miró a Daiki y vio sus ojos cristalizados ¿Eso significaba que le dolía hablar del tema? ¿Si amaba a Inoo entonces por qué lo buscaba a él? Pero en realidad ya sabía la respuesta a esa pregunta, era la misma por la que él mismo lo buscaba… Por despecho y para aminorar el dolor del rechazo.
-¿Qué pasó? – preguntó el menor sentándose a su lado mientras lo abrazaba
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-Deberías intentar arreglar las cosas con Daiki – Kota salió del baño con el rostro y cabello húmedos – No van a estar peleados por siempre
-No es por nada Kota, pero tú eres la última persona de la cual quiero escuchar eso…
-¿Qué?
-Porque en primer lugar – continuó como si no lo hubiera interrumpido - Todo esto es por tu culpa
-¡¿Mi culpa?!
-Sí, tuya – dijo serio, con una notable molestia en su voz – Todo por ser un maldito infiel – Inoo se acercó a la ventana y miró fijamente a través de ella - ¿Sabes lo que me costó darme cuenta que la persona más maravillosa del mundo me amaba? Siempre había creído haber estado enamorado de ti hasta que vi a Daiki llorar, nadie podría entender el sentimiento de protección que sentía en mi pecho en ese momento…
-Sigo sin entender donde encajo yo en todo eso - le dijo en tono despectivo – Nunca supe que habías estado ena…
-Antes de darme cuenta de sus sentimientos, yo le contaba todo, incluso lo tuyo – bajó la mirada – En verdad le hice mucho daño, por eso es que es tan inseguro con respecto a mi amor por él - se giró a ver a Yabu - ¿Sabes por qué peleamos? Porque yo te defendí… Hace muchísimo que Dai-chan y yo sabemos lo que ocurre entre Ryutaro y tú, es sorprendente que nadie más lo haya hecho y que…
-¿De-desde hace… mucho? – titubeó - ¿Cómo que me defendiste?
-Desde hace casi 8 meses Kota – lo miró con frialdad – Daiki los vio saliendo una vez del baño, según me dijo, Ryutaro cojeaba un poco y tenía el cabello desordenado, ni hablar de la radiante sonrisa de felicidad que te manejabas… Quería decirle a Hikaru, o hablarlo contigo, pero yo me negué y le dije que era cuestión tuya, que no debía meterse porque podía meterte en un problema muy grave ¿sabes qué pensó? Pensó que lo hacía porque aún sentía algo por ti…
Yabu se quedó callado, recordó aquel día como si hubiera pasado ayer porque en realidad, recordaba cada pequeño encuentro, salida, roce y miradas con Ryutaro, cada detalle que en su vida había compartido con el menor.
-¿Lo hiciste por eso? – preguntó después de su corta divagación – Porque yo…
-No seas idiota, yo amo a Daiki, solo lo hice porque no quería que Hikaru o Ryutaro salieran dañados – suspiró con pesadez y haciendo un puño con su mano, golpeó la pared – Y ahora solo dios sabe lo que esos dos estarán haciendo en su habitación…
Su mente se nubló al escuchar aquellas palabras, cogió bruscamente a Inoo y lo tiró contra la pared más cercana, la furia se podía reflejar completamente en sus ojos.
-¡¿Qué demonios quieres decir con eso?!
-¡¿Acaso crees que ellos ahorita están jugando o algo?! Daiki ya debe haber lanzado a Ryutaro a la cama a… - se quedó callado
-¡¿Y si amas a Daiki por qué demonios no haces nada?!
-¡Porque eso significaría darle la razón y no puedo! – miró a Yabu con tristeza – Soy tu amigo… Como tal preferiría que tu le dijeras a Hikaru antes de que Daiki lo hiciera – se mordió el labio inferior – Yo lo amo, incluso por encima de los besos que ya sé que compartió con Ryutaro… Pero tú, Kota… ¿Tú que sientes y por quién lo haces? Te acabas de poner frenético de solo imaginar a Ryuu con alguien más pero… ¿Lo amas? ¿O solo es miedo a perder a tu pequeño juguete?
-¡ÉL NO ES NINGÚN JUGUETE!
-¡¿ENTONCES QUE ES KOTA?! – lo alejó de un empujón – Maldición… Todo esto es tu culpa… - pateó una de las sillas que habían ahí – El día que llegué temprano al ensayo los vi besándose… - empezó a derramar unas pequeñas lágrimas de rabia – Y si no fuera porque Ryutaro empezó a llorar diciendo que nunca lo amarías, ya le hubiera roto la cara
-Ni te atrevas a ponerle un dedo encima, Inoo ¡¿Me escuchaste?!
-¡Solo piensas en Ryutaro! ¡YA NO TE IMPORTA HIKARU! ¡DATE CUENTA! ¡¿POR QUÉ DEMONIOS SIGUES CON ÉL?!
-Cállate…
-¡No Kota! ¡Tus inseguridades junto con tu indecisión ya no solo te afectan a ti o a ellos dos! Nos están afectando a Daiki y a mí, y cuando los demás se enteren, también les afectará… ¿Tu qué crees? ¿Qué no tomarán partida por parte de alguno? Lo más probable es que…
-¡CÁLLATE!
-¡ENTONCES DEJA DE SER UN IDIOTA Y HAZ ALGO!
Inoo le tiró un golpe en el rostro antes de salir de la habitación furioso, en realidad si podía haber hecho mucho durante aquel tiempo, tal vez incluso ir y amarrar a Daiki para que no hiciese nada pero el sentimiento de culpa no lo dejaba. Se quedó viendo como Yabu caía en la cama, cogiéndose la mejilla por la agresión recibida, miró su mano y se arrepintió un poco, pero muy poco... No dijo nada de lo que pasaba entre los dos menores porque, según él lo veía, entregar a la persona que amabas era un tipo de acto noble de su parte, aunque tal vez también algo idiota, sin embargo… ¿Cómo arreglar las cosas con Daiki si es que él era el único que hacía sonreír a Ryutaro? Estaba seguro que las acciones de ambos solo eran causadas por el resentimiento… Y era posible que a causa de tales acciones nunca dejara al menor del grupo acercarse a su (ex)novio de nuevo en toda su existencia pero… También lo entendía, o trataba de hacerlo.
-Vete a hablar con Hikaru, yo iré a buscar a Daiki antes de que su relación con “tu juguete” se vuelva más “profunda” – hizo una mueca ante la última palabra y lanzando una mirada despectiva al mayor, salió.
Yabu se quedó quieto en su lugar, derramando pequeñas lágrimas de culpa y sufrimiento… Estaba dañando a la persona que más quería, persona por la cual no estaba segura de sus sentimientos hasta ese momento en que se acababa de enterar que estaba en brazos de alguien más…
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-Disculpe ¿me podría dar otra llave para la habitación 712? Mi compañero se llevó las dos que habían y no lo encuentro y en verdad necesito entrar a sacar algo…
Inoo miró a la recepcionista con su mejor expresión, implorando porque le diera otra. Sonrió cuando la vio tecleando en su computadora y le entregaba otra tarjeta-llave de plástico.
-Muchas gracias
Caminó hasta el ascensor con aquella sonrisa, pero apenas las puertas se cerraron, ésta desapareció. Apretó el plástico dentro su mano, temblando ligeramente al imaginar dolorosas imágenes de Ryutaro y Daiki juntos…
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Estaba parado frente a la puerta de la habitación de Hikaru ¿Qué se supone que debía decir? ¿Cómo actuar? ¿Si Hikaru lo golpeaba? ¿Si le reclamaba por mandar al caño todos los años que habían estado juntos? El hilo de sus pensamientos se perdió cuando escuchó sonidos provenientes del cuarto. Se quedó quieto tratando de identificarlos pero al no lograr hacerlo, pegó la oreja a la puerta tratando de saber que pasaba, sin embargo, lo que escuchó lo dejó totalmente estático.
-Ahh… Toca ahí… De nuevo…
-¿Acá? – la voz de Hikaru dejó salir una risa maliciosa
-AHH si… Hikaru… Máhhs
Esa era inconfundiblemente la voz de Keito… Gimiendo el nombre de Hikaru ¿Qué demonios ocurría ahí adentro? Se pegó de nuevo a la puerta para escuchar más claramente.
-Voy a entrar… Dime si te duele…
-Siempre me preguntas eso… No lo hace…
-Te volviste a sonrojar…
Yabu sabía a la perfección todas las tonalidades de voz de Hikaru -5 años con él no habían pasado en vano- y esa era claramente una llena de amor, una que hace algún tiempo atrás utilizaba con él. Escuchó un gemido algo más alto y supuso que el mayor ya estaba dentro del cuerpo del menor, la imagen que se le presentó en la mente le erizó la piel haciendo que en consecuencia golpeara la puerta con su cabeza.
-¿Qué fue eso?
La voz de Keito le hizo darse cuenta a Yabu lo que había acabado de hacer, ahora se encontraba en un aprieto ¿salía corriendo de ahí o enfrentaba de una vez la situación? No tuvo que pensarlo mucho pues cuando se dio cuenta, Hikaru ya había abierto la puerta y lo miraba con ojos casi desorbitados.
-Kota… Yo…
-No digas nada – sonrió levemente – Keito te está esperando…
-No… Es que… Tú no entiendes… Yo… Él…
-Hikaru, no entiendes tú – el mayor sonrió amablemente – Yo también te he estado engañando – decirlo se sintió mucho más liberador de lo que había pensado - De hecho, venía a decirte que debíamos terminar porque… Estoy enamorado de esa persona
Hikaru abrió y cerró la boca varias veces hasta quedarse serio por completo, miró al chico que tenía al frente por un buen rato, hasta que escuchó un movimiento dentro de la habitación, haciéndolo acordar que aun lo esperaban.
-Ah... Kota - hace una pausa - Tienes razón – sonrió – Debemos terminar porque yo también – se giró mirando hacia dentro de la habitación - ¡Estoy enamorado de otra persona!
Se escuchó como Keito se caía de la cama y hacía caer la lámpara consigo, Hikaru se rió despacio y volvió a ver a Yabu.
-Supongo que debes ir a buscar a esa persona… Y por descarte, supongo que es Ryutaro
-¡¿Qué?! –lo miró sorprendido, casi nervioso, pero al escuchar la risa del otro se calmó - Si… - se sonrojó bobamente al pensar en el menor, pero al recordar la situación en la que estaba, se deprimió – Debo ir a buscarlo… ¿Sin rencores?
-Sin rencores… -iba a entrar al cuarto de nuevo pero se detuvo en sus pasos, mirando de nuevo al mayor – Espera, Kota… - frunció el ceño - ¿Desde hace cuanto me engañas?
-Pues… - contó mentalmente - Un año, tres meses, dos semanas y 3 días…
¿En serio lo recordaba tan perfectamente? Se tiró un golpe mental… Era más que obvio que si inconscientemente recordaba la fecha, era porque esta era especial… ¡¿Por qué demonios no se había dado cuenta hasta ahora de eso?! Recordó de pronto que no estaba solo y miró a Hikaru con culpa, cosa que no duró más de un minuto ya que el otro chico estaba riéndose descontroladamente.
-¿Ah?
-Es que… Por cómo estás, pensé que llevaban más tiempo… - hizo una pequeña inclinación de cabeza – Perdón Kota… - se mordió el labio inferior y desvió la mirada - Hace casi 2 años que yo te engaño con Keito…
-¿Dos años? – un silencio - ¡¿Dos años?! – le iba a gritar pero en cambio empezó a reír – Eres un infiel y mentiroso
-Tú también… Ahora anda, ve y busca a ese niño antes de que se aburra de ti… Yo… Debo volver… Ya sabes…
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Daiki abrazó por la cintura a Ryutaro, delineando su rostro con la yema de sus dedos, acariciando la piel del menor con ellas. Sus mejillas estaban sonrojadas, su respiración agitada, su cabello desordenado y su pecho descontrolado ¿Estaba dispuesto a hacerlo? Sabía que era lo que venía pero… ¿En verdad estaba dispuesto a hacerlo? Solo se había entregado a alguien, y había sido por amor… Pero hacerlo solo por placer y por venganza… ¿Estaba dispuesto a eso? El mayor se posicionó en encima, besando su cuello lentamente, succionando este, lamiendo luego la piel marcada.
-Dai-chan…
Suspiró despacio por el roce, pero antes de poder siquiera abrazarlo por el cuello para anular la distancia entre ellos, unos brazos ajenos a los suyos rodeaban ya la cintura del mayor.
-Lo siento Ryutaro, pero éste pingüino ya tiene dueño y soy yo…
La voz de Inoo sonó tan fría y venenosa que Morimoto se quedó quieto, conteniendo la respiración, vio como de un grácil movimiento el cuerpo –sorprendido, paralizado y asustado- de Daiki era alejado del suyo, el mayor de los tres lo colocó sobre sus hombros a pesar del berrinche que el otro hacía.
-¡Bájame Kei! ¡BÁJAME!
-No quiero
-¡TE DIGO QUE ME BAJES!
-Y yo te digo que NO quiero – miró a Ryutaro – Te prohíbo que te vuelvas a acercar a mi novio, ya jugaron suficiente como para toda una vida – Daiki le seguía dando golpecitos en la espalda, pero ahora acompañados de un sollozo – ¿Ya te sientes mejor? ¿Ya puedes creer que te amo? – su voz sonó amable y afianzó su agarre – Nos vemos luego, Morimoto-kun
Ryutaro sintió la mirada asesina de Inoo y asintió frenéticamente sin decir absolutamente nada, tenía miedo que en cualquier momento el mayor decidiera volver y golpearlo.
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Lo llevó cargando hasta el final del pasillo, metiéndolo luego a las escaleras de emergencia, lo bajó con cuidado de sus hombros y antes de que el menor pudiera hacer o decir algo, lo pegó contra la pared, acorralándolo para que no intentara escapar de ninguna forma posible.
-¿Qué quieres? – refunfuñó frunciendo los labios, girando su rostro para ver a otro lado
-Daiki… - acarició su mejilla y delicadamente lo movió para que lo viera - ¿Qué debo hacer para que creas que solo te amo a ti?
-No tienes que hacer nada, no te creo… - dijo en voz baja, mirándolo a los ojos con unas pequeñas lágrimas
-¿No lo haces? – se inclinó unos centímetros, solo para rozar sus labios – Te amo Daiki… Por favor, deja de dudar de mí…
-Tonto…
Lo abrazó por el cuello y selló el beso mientras empezaba a llorar. Inoo no esperó más y poseyó aquellos labios que tanto le habían hecho falta en ese tiempo.
-Un tonto que te ama con locura…
-Y un tonto al que yo también amo
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Le empezó a doler la cabeza ¿Porqué su curiosidad había sido tan fuerte? Tal vez seguir a Inoo y a Daiki no había sido tan buena idea después de todo.
Controló el dolor en su pecho que estaba creciendo y se alejó de la puerta que daba a las escaleras de incendio con paso torpe. Escuchar aquellas palabras cargadas de amor de Kei lo habían desubicado, en verdad amaba a Daiki y eso le dolía ¿Por qué Yabu no lo podía amar así? ¿Por qué tenía que solo ser un secreto? La envidia empezaba a hacer estragos con su estado de ánimo y las lágrimas también amenazaban con salir ¿Por qué nunca se había quejado? ¿Por qué se conformo siempre con tan poco?
-Soy un idiota…
La frase salió apenas llegó a su habitación, no sabía si se lo decía a sí mismo por no haber cortado desde el inicio lo de Kota o si era por haberse olvidado la tarjeta dentro al salir tan rápido. Se dio algunos golpes contra la puerta, maldiciéndose internamente, no había sido más que un juguete, un pasatiempo, una calentura, un desfogue, una aventura… Y lo triste era que nunca iba a pasar a nada más, lo suyo con el mayor no pasaba de un simple encuentro para tener sexo… ¿Y cómo Yabu no lo iba a ver así si cada que se encontraban le abría las piernas y le daba paso libre para que hiciera con su cuerpo lo que le placiera?
Se iba a dejar caer al piso cuando sintió que unos brazos, demasiado conocidos, le rodeaban la cintura, como pudo se secó las pequeñas gotas que habían escapado hacia su rostro y se puso derecho. No se giró a verlo y con determinación empezó a jalar para romper con el abrazo.
-No lo hagas… Debo hablar contigo
El susurro de la voz de Yabu sobre su cuello le erizó la piel y jaloneó con más fuerza para librarse, cuando lo logró se tiró al piso para irse gateando lo más lejos posible pero el mayor fue más rápido y lo cogió de los pies, arrastrándolo boca abajo y en contra de sus quejas, hacia el ascensor. Alzó su rostro antes de entrar a la caja mecánica para no hacerse daño y ya dentro comenzó a mover sus piernas como podía para poder librarse.
-No te voy a soltar – dijo con tranquilidad al presionar el botón del piso 25, el último piso – Debo hablar contigo
-No me quiero volver a acostar contigo Yabu! Así que déjame en paz y… ¡¿QUÉ DEMONIOS HACES?!
Estaban en el piso 19 y vio como uno de los finos dedos del mayor presionaba el botón que decía “STOP” cuando empezaba a moverse al 20. Se detuvo todo movimiento en el ascensor, las luces se atenuaron y la ventilación también disminuyo, justo en ese momento sentía como sus pies eran bajados pero, literalmente, ya no podía escapar.
-¿Me vas a oír?
-¡¿Porqué debería hacerlo?! ¡VETE CON HIKARU Y DÉJAME EN PAZ!
La paciencia de Yabu había llegado a su límite, de un movimiento brusco lo alzó y tiró contra uno de los costados, cogiéndolo de la cintura y colando una de sus rodillas a centímetros de la entrepierna del menor.
-Deja de ser un terco inmaduro Ryutaro – a pesar de estar casi rozando sus labios, no lo besó – Necesito hablar contigo
-¡Soy un terco inmaduro! ¡¿Qué te importa eso?! Yo no soy nada… tuyo… - la voz se le quebró y con los ojos cargados de coraje empezó a llorar
Yabu lo miró con culpa y suavizó su agarré más no lo dejó, acarició sus mejillas limpiándolas del agua salada que caía por ellas y después de hacerlo, las besó.
-Me importa porque me gustas, porque sé que te pones así cuando quieres alejar a todos de tus problemas, porque sé que lo dices para que te suelte y deje de hacerte daño pero… - lo abrazó cariñosamente, haciendo que apoyara su cabeza en su hombro – Yo quiero seguir contigo – besó despacio el pedazo de piel del cuello que tenía a su disposición, lamiéndolo cuidadosamente después – Quiero que todos sepan que eres mío – hizo una succión, dejando la zona con un tono rojizo – Que me perteneces en cuerpo y alma – una de sus manos bajó hasta sus partes blandas y lo elevó para que se abrazara a su cintura con sus piernas – Y quiero que sepan que, el niño terco e inmaduro del grupo es la persona de la cual estoy enamorado…
Alzó la mirada ¿sus oídos habían escuchado bien? Tenía la boca ligeramente abierta pero no salía de ella ningún sonido coherente. Kota bajó sus manos por el torso del menor hasta llegar al borde de su camiseta y lo miró a los ojos pidiendo aprobación.
-¿Puedo?
A pesar de haber salido en un hilo de voz, Ryutaro entendió a lo que se refería. Alzó sus brazos despacio, aun asimilando lo que acababan de decirle. La prenda voló a una esquina y su espalda tocó el frío metal del ascensor, su piel se puso como carne de gallina por aquel cambio de temperatura, sin embargo, no solo por eso sino también por los labios del mayor que estaban haciendo un camino de besos por su pecho hasta llegar a sus pezones. Cuando llegó al izquierdo, dio un lengüetazo antes de succionarle con lentitud y total experiencia, dando dulces mordidas en la punta de este. Cuando escuchó los pequeños gemidos que salían de él pellizcó la tetilla derecha del menor con su mano derecha, sabía exactamente donde tocar para excitar a Ryutaro y aunque el menor no lo dijera, sabía que su miembro ya estaba duro.
-Ko… Kota…
El nombre salió como un gemido tratando de ser reprimido, le gustaba aquel sentimiento que se producía en su cuerpo, parecía como si sintiera que ya no era solo sexo, sino algo más.
Sus manos se posaron en sus hombros, dándoles masajes mientras el mayor seguía con su trabajo hasta que alzó su rostro y cuando lo hizo, no desaprovechó ni un segundo y lo besó, dándole una mordida juguetona en el labio inferior, también aprovechó para deslizar sus manos por toda la espalda hasta meterse por debajo de la ropa a la altura de la cintura, acariciando la piel de Yabu con la yema de sus dedos.
Kota bajó sus piernas y cuando el menor pisó firme en el piso, se arrodilló delante de él desabrochando la correa y pantalón rápidamente para poder bajarlo junto con la ropa interior cuanto antes. Alzó la vista y vio las tiernas mejillas de Ryutaro sonrojadas, sonrió para si mismo cuando las vio, sabía que el era el causante de ese rubor. Fijó su mirada al frente y se relamió los labios al ver el erguido miembro ante sus ojos. Cogió la base y la apretó, sacando un gemido ronco por parte del menor, dio un beso en la punta y lamió toda la extensión, mordiendo despacio todo el pedazo de carne antes de introducirlo completamente en su boca.
-Ko… Kotaahhh
Las piernas de Ryutaro temblaban por el placer que corría a través de sus venas, no terminaba de acostumbrarse a la humedad cálida que envolvía su hombría cuando sintió una invasión en su parte trasera: dos de los dedos de Yabu dilataban su entrada mientras seguía chupando, lamiendo y succionando su miembro, los ritmos de ambas acciones estaban sincronizados, las tijereteadas de los dedos del mayor junto con aquella lengua masajeando con el justo movimiento llevaban a Morimoto al límite.
-No te corras aún
La voz de Yabu lo hizo volver a la realidad, observó cómo se levantaba del piso y lo cogía de las caderas para voltearlo, haciendo que mirara a la pared, no se giró a ver qué pasaba, sabía que era lo siguiente y sumisamente esperaba a que ocurriera. Escuchó unos cuantos movimientos y el sonido de un cierre bajarse, cerró los ojos fuertemente al sentir la punta del miembro de Kota tanteando su entrada y se mordió la lengua para no gritar cuando empezó a entrar en él.
-Ryu-chan…
Solo lo llamaba así cuando lo penetraba y estaba excitado, era su forma de decir que le gustaba estar con él, era su nombre de cariño en la “cama”, algo irónico por la forma en la que estaban ahora. La entrada no se hacía fácil al estar parados y las paredes estaban más estrechas de lo normal debido a que tenía las piernas juntas, el miembro de Yabu estaba siendo totalmente aprisionado y el placer que sentía al estar dentro estaba siendo indescriptible. Cuando logró introducirse por completo, abrazó al menor por la cintura, dándole pequeños besos en los hombros y espalda, Ryutaro giró su cabeza y recibió un dulce beso en los labios que no dudó en responder, a pesar de haberse negado en un inicio, sabía que las palabras de Kota habían sido en serio. Las embestidas comenzaron lentas como siempre, rozando cada centímetro de aquella abertura, tratando de tocar en lo más profunda de ella a cada segundo. No tardó mucho para que este movimiento lento se convirtiera en uno más rápido y lleno de fuerza, las manos del mayor apretaban los glúteos del menor haciendo que la presión en su hombría fuera aún más, los gemidos de ambos llenaban aquel pequeño espacio, el deseo, la lujuria y ahora el amor se podían sentir en cada rincón. Yabu cogió el miembro de Ryutaro y empezó a masturbarlo, acto que logró su cometido segundos después, cuando con un fuerte grito de placer, el menor se corría, expulsando toda su semilla en la pared. No le llevó mucho más a Kota también terminar dentro del cuerpo de su amante, saliendo despacio de su interior después de hacerlo pero sin dejar de abrazarlo.
-Quieres…. Quieres… ¿Estar conmigo? – su voz salió entrecortada por la agitación
-No… No juegues…. Conmigo Kota… - Ryutaro lo miró con temor ¿acaso era cierto?
-No lo hago, voy en serio…
El menor lo miró durante unos segundos y luego dirigió su vista hacia su ropa, se acomodó la acomodó lo mejor que pudo, sintiendo como por sus paredes escurría aquel viscoso líquido blanco, le dolía un poco de la cintura para abajo, pero no decía nada, cuando ya estuvo cambiado, volvió a presionar el botón de “STOP”, haciendo que el ascensor volviera a funcionar como si nada.
-¿Cómo quieres que te crea?
-Si quieres, lo anuncio en el concierto de mañana… Puedo gritar “AMO A MORIMOTO RYUTARO!”
-¡No digas tonterías! – se sonrojó más de lo que estaba y con el ceño fruncido se le acerco – No quiero que me engañes, si lo haces…
-No lo haré, no creo que alguien pueda ser mejor que tú… - le dio un pequeño beso en los labios y después se acomodó el pantalón - ¿Significa que oficialmente estás conmigo?
-Solo para que no digas que te rechacé... - bromeó y tomando su mano, salió de ese pequeño lugar.
FIN
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P.D.: Me tomó lo suyo hacer este fic ¬¬ Así que si lo leen u_u comenten...
P.D.1: He conocido creo que a 10 personas que leen y no comentan pero me lo dicen por msn y por eso las amo XD♥
P.D.2: ¿Se nota que ya superé mi trauma al Inoodai? Asdadsadsadsads♥
P.D.3: El fic debería llamarse "El ascensor" LOL
P.D.4: Si se murió el fic al final, es porque tengo sueño -w-